Lejos de las áreas urbanizadas, el Parque Nacional Montañas de Tumucumaque (PNMT) conserva un bosque inalterado
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El equipo expedicionario y otros visitantes en el refugio principal de la base de Jupará. De izquierda a derecha, detrás: Edmilson Brasil da Silva, Aldemir Palheta Nunes, Paulo Bittencourt, Rafael Oliveira, Léo Ramos Chaves, Cristoph Jaster, los visitantes Steffi Winkler, Jacqueline Calazans y Florian Winkler, la técnica ambiental del ICMBio Ariane Barbosa y la cocinera Patricia Moraes. Sentados al frente: Rubens da Silva Pedroso, Maria Guimarães y Danielle Ramos. El jupará es un mamífero arbóreo común en la región, elegido por votación pública para representar la base
Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP
Acompañamos una expedición a una región del noreste del Amazonas donde crecen árboles de hasta 80 metros de altura. El Parque Nacional Montañas Tumucumaque (PNMT) es una zona remota en Amapá, de difícil acceso y alejada de la frontera agrícola. El bosque allí está preservado y es único, con copas de vino más altas que las conocidas en la región amazónica. A lo largo de una semana de viaje, viajamos en avión, en coche, en barco y a pie, utilizando un dron para mirar hacia arriba. Durante cuatro días dormimos en hamacas, sin acceso a telecomunicaciones. A continuación se muestra un relato de este itinerario.
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Día 1, 27/10
Llegamos a Macapá
La capital del estado de Amapá está situada sobre la línea del ecuador y a orillas del río Amazonas
Día 2
Salimos de Macapá
La base del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) para el PNMT se encuentra en
Serra do Navio, un municipio de alrededor de 5.000 habitantes. Último punto con señal de telefonía móvil
Día 3
Salimos de Serra do Navio
Con el nivel del río Amapari bajo a causa de la sequía, solamente los lancheros y la cocinera partieron en dos lanchas (denominadas localmente voadeiras) con la carga: se necesita aliviar peso y navegar con sumo cuidado
El resto de los miembros de la expedición hicieron ese trayecto de en automóvil para embarcar en este último punto posible
Salimos de Sete Ilhas
Embarcamos en las lanchas – un grupo de 13 personas – con la carga, que incluía alimentos y una cocina. En uno de los rápidos, uno de los botes encalló y los pasajeros debieron empujarlo
Llegamos a la base Jupará cuando ya era de noche. Fue un alivio cuando instalamos las hamacas donde todos dormiríamos
Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP
Día 4
Parcela 1
En el área aledaña a la base, el equipo identificó ocho angelins-vermelhos gigantes, además de algunas otras especies. Un prototipo de monitoreo fisiológico instalado en 2019 en un Dinizia excelsa de 60 m de altura aún estaba allí, pero la mayor parte de los datos se habían estropeado
Día 5
Parcela 2
Siguiendo el mismo recorrido del día anterior, los investigadores midieron y marcaron la ubicación de nueve angelins-vermelhos
Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP
Parcela 3
Lo más sorprendente fue el hallazgo de diecisiete angelins-vermelhos en un radio de 150 m, incluso sobre un terreno en pendiente
Día 6
En busca del ejemplar récord
El objetivo de Bittencourt era hallar el árbol más alto que ya había sido avistado por Jaster; la medición hecha con el dron arrojó 80 m. La altura de la selva en este punto más alejado dejó claro que el gigantismo en los alrededores de la base no era la excepción, sino la regla en la región
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