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Paleontología

La batalla de los fósiles

Representaciones artísticas de Ubirajara jubatus, descrito a partir de un fósil (a la derecha) extraído ilegalmente de Brasil...

Wikimedia Commons | SMYTH, R. et al. Cretaceous Research. 2020

El Museo de Historia Natural de Karlsruhe, en Alemania, informó en septiembre que no devolverá a Brasil el fósil original en su poder de Ubirajara jubatus, un ejemplar raro de dinosaurio que vivió en el Cretácico inferior, un período geológico que se extendió entre 146 millones y 100 millones de años atrás. El espécimen fue hallado en la cuenca de Araripe, entre los estados brasileños de Ceará, Piauí y Pernambuco, y sacado ilegalmente de Brasil en 1995 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 301). La institución alega que el fósil llegó a Alemania antes de 2007. Según establece una ley sancionada en 2016 –la Ley de Protección de la Propiedad Cultural (Kulturgutschutzgesetz, en alemán)–, Alemania no está obligada a devolver los fósiles y bienes culturales procedentes de otros países adquiridos antes de 2007. El fósil de U. jubatus sería, entonces, parte legal de la colección del museo de Karlsruhe, porque habría sido importado de conformidad con la normativa vigente. Sin embargo, en Brasil, los fósiles se consideran propiedad del Estado y no está permitido sacarlos del país ni comercializarlos. Con la salida ilegal de fósiles, los científicos brasileños pierden la oportunidad de producir artículos científicos de impacto, generar nuevas colaboraciones y obtener financiación para la investigación. Una vez que el material está en el exterior resulta difícil recuperarlo. No todos los países son signatarios de los convenios internacionales que estipulan la repatriación de esos objetos. De ahí la importancia de invertir en los procesos de fiscalización. En 2013, la Policía Federal decomisó un cargamento con 3.000 muestras de fósiles de Araripe en el marco de un procedimiento realizado en el puerto de Santos y las envió a la Universidad de São Paulo (USP) para analizarlas y catalogarlas. Entre ellas había un ejemplar casi completo de Tupandactylus navigans, una especie de pterosaurio del Cretácico, que ahora ha sido analizado minuciosamente por investigadores brasileños y portugueses. Se estima que T. navigans tenía una envergadura de 2,5 metros y alrededor de 1 metro de altura, casi la mitad de la cual correspondía a una larga cresta que ostentaba sobre su cabeza. Se habría alimentado de semillas o frutos duros (PLOS ONE, 25 de agosto). Los científicos pretenden profundizar el estudio del ejemplar. Uno de los objetivos es determinar el color de su cresta.

Victor Beccari … y de Tupandactylus navigans, una especie de pterosaurio del CretácicoVictor Beccari

 

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