Desde el inicio de la pandemia, médicos y científicos señalaban a la obesidad como uno de los factores principales de riesgo para el desarrollo de cuadros más graves de covid-19. Algunos incluso sugirieron que aquellas personas apenas excedidas de peso podrían estar en riesgo de padecer síntomas más graves de la enfermedad. Un estudio amplio, con base en el análisis de los datos de 399 mil pacientes publicados a lo largo del año en curso en otros artículos científicos, verificó que los obesos infectados con el Sars-CoV-2 tienen el doble de probabilidades de requerir atención médica, un riesgo un 74% mayor de tener que ser internados en UTI y un 48% más de posibilidades de morir que los individuos con un peso adecuado (Obesity Reviews, 26 de agosto). Se cree que eso se debe al hecho de que las personas obesas desarrollan con mayor frecuencia enfermedades cardíacas, pulmonares y metabólicas, además de inflamaciones crónicas, que tienden a agravar el cuadro de covid-19. También hay un componente mecánico. La acumulación de grasas abdominales puede presionar al diafragma y a los pulmones, restringiendo el flujo de aire y el transporte de oxígeno.
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