Paleontólogos brasileños identificaron parásitos sanguíneos fosilizados en un hueso de la pata trasera de un titanosaurio que vivió hace unos 85 millones de años en una zona del noroeste del actual estado de São Paulo. Hasta entonces, solo se habían hallado parásitos prehistóricos en los insectos preservados en ámbar o en las heces fosilizadas, nunca en el cuerpo del hospedante. Aline Ghilardi, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte, notó que había algo raro en el peroné de ese fósil de dinosaurio al observar protuberancias esponjosas en su superficie, que podrían ser lesiones o vestigios de un cáncer. Mediante imágenes obtenidas por tomografía y microscopía, el paleontólogo Tito Aureliano, de la Universidad de Campinas (Unicamp), pudo constatar que se trataba de una infección ósea (osteomielitis). Análisis más minuciosos revelaron la presencia de 70 microfósiles con formato alargado en los canales vasculares del hueso (Cretaceous Research, 15 de octubre). No se sabe si los parásitos causaron las lesiones o si estas facilitaron el ingreso de ellos.
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