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contaminación atmosférica

Los vehículos y el aire de São Paulo y Río de Janeiro

Vehículos en São Paulo: el estudio indica que el 20% del fino material en partículas es el resultado de la quema incompleta de combustibles'

EDUARDO CESARVehículos en São Paulo: el estudio indica que el 20% del fino material en partículas es el resultado de la quema incompleta de combustibles’EDUARDO CESAR

Alrededor del 60% de la contaminación atmosférica de las ciudades de São Paulo y Río de Janeiro está compuesta por fino material en partículas emitido por el parque de vehículos automotores. Todas las demás fuentes de contaminantes atmosféricos ‒industria, aerosoles provenientes del mar y polvo del suelo en suspensión‒ representan aproximadamente el 40% de la contaminación en las dos metrópolis. Estos resultados se obtuvieron en el marco del proyecto Fontes, financiado por Petrobras y que contó con la coordinación de los investigadores José Marcus Godoy, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Río), y Paulo Artaxo, del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (IF-USP). “La buena noticia es que, si implementamos políticas que promuevan la reducción del uso del automóvil, podremos disminuir significativamente la contaminación del aire en los centros urbanos”, dice Artaxo. En el estudio también se constató que alrededor del 20% del fino material en partículas corresponde al denominado carbono negro (hollín), resultante de la combustión incompleta de combustibles fósiles y biomasa. Los vehículos alimentados con gasoil, tal como es el caso de los autobuses, son los mayores emisores de hollín. Para la obtención de los datos del proyecto, se realizaron mediciones entre los años 2011 y el comienzo de 2014 en ocho estaciones: cuatro en la capital paulista (IF-USP, Escuela de Salud Pública de la USP, Parque Ibirapuera y Congonhas) y cuatro en la Zona Metropolitana de Río de Janeiro (Duque de Caxias, Tijuca, Recreio dos Bandeirantes y Taquara). La atmósfera en ambas ciudades se mostró muy homogénea. La composición química de las muestras obtenidas en las ocho estaciones resultó muy similar, aunque cada lugar presentaba particularidades. Otro dato interesante: el nivel de contaminación que se midió ahora se mantuvo en los rangos verificados en 2004, cuando el parque automovilístico en las dos capitales era menor. Esto indica que los vehículos modernos contaminan menos.

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