Tore Sætre / Wikimedia CommonsOla Borten Moe, ministro de Investigación y Enseñanza Superior de NoruegaTore Sætre / Wikimedia Commons
En el mes de mayo, el ministro de Investigación y Enseñanza Superior de Noruega, Ola Borten Moe, destituyó a la totalidad de los miembros del consejo directivo de la Forskningsrådet, la principal agencia de financiación de la investigación científica de ese país, acusados de un mal manejo de los recursos. La Forskningsrådet admitió que enfrentará un déficit de 275 millones de coronas noruegas (unos 28 millones de dólares), en su presupuesto para 2022. Si no se hace nada, para 2024 el desfasaje podría llegar a ser de 2.900 millones de coronas noruegas, casi un tercio de su presupuesto anual. La exministra de Finanzas y actual ministra de Educación, Kristin Halvorsen, presidirá la agencia hasta finales de este año. El 16 de mayo, se reunió con los miembros interinos del consejo para debatir sobre los recortes a la financiación. Las medidas incluyen una reducción de un 20 % de las subvenciones para becas en 2022, la cancelación del principal programa de apoyo a la investigación básica de Noruega en 2023 y la postergación de los proyectos de infraestructura. Los directivos de las universidades se han manifestado a favor de un abordaje menos drástico. “El consejo directivo de la agencia, comprometió más dinero del que disponía”, dijo Moe, en declaraciones al periódico noruego Aftenposten. Él atribuye el problema a la falta de control y a una mala gestión de los recursos. Los miembros del consejo destituidos publicaron una respuesta colectiva en el Aftenposten defendiendo sus decisiones de gestión.
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