Un equipo de investigación coordinado por la botánica Luísa Azevedo, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), encontró 4.498 especies vegetales que prosperan en 151 áreas del este de Brasil ‒ desde Rio Grande do Sul hasta Ceará ‒ sobre rocas expuestas, los llamados afloramientos rocosos. Los investigadores crearon una clasificación que incluye seis grupos de plantas que crecen sobre formaciones rocosas: dos tipos de inselbergs (o “montes islas”, pequeños macizos rocosos aislados), uno en el Bosque Atlántico y otro en el semiárido de la Caatinga; dos de los matorrales de altura cuarcíticos y ferruginosos; de praderas de montaña, y de afloramientos calcáreos. Las rocas expuestas albergan diferentes tipos de plantas: el 69 % de las especies vive únicamente en un tipo de ambiente. La siempreviva Paepalanthus nigrescens, una planta perenne suculenta que produce esferas de flores blancas, crece en los matorrales de altura cuarcíticos, mientras que la orquídea Cattleya caulescens, cuyas flores varían del rosa pálido al violáceo, prefiere los matorrales de altura ferruginosos. “Los afloramientos rocosos deben considerarse ecosistemas distintos que hay que proteger urgentemente, pero nuestra red actual de áreas protegidas no vela por la heterogeneidad de las plantas que allí viven”, subraya Azevedo (Pesquisa FAPESP, ediciones nº 218 y 259; Journal of Systematics and Evolution, febrero).
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