El Museo Nacional de Río de Janeiro, destruido casi por completo en un incendio en septiembre de 2018, recibió en mayo una donación de 1.104 fósiles, entre los que se cuentan tortugas, cocodrilos, pterosaurios, plantas e insectos, procedentes de la cuenca de Araripe, situada en el nordeste brasileño, que datan de hace alrededor de 100 millones de años. El material pertenecía al coleccionista de origen suizo-alemán Burkhard Pohl y fue repatriado merced a la mediación de Frances Reynolds, una argentina radicada en Brasil. Desde el siniestro que destruyó casi el 85 % de sus colecciones, el museo ha recibido donaciones, entre otras, 50 fósiles cedidos por el gobierno de Perú, dos minerales raros (uvarovita y charoita) del coleccionista ruso Sergey Mironov y un manto tupinambá del siglo XVII, de 1,80 metros de altura hecho con miles de plumas rojas de aves, que se encontraba en el Museo Nacional de Dinamarca. La reapertura al público del museo está prevista para 2026.
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