La borá, tal como se la llama en Brasil (Tetragona clavipes), es una especie de abeja sin aguijón con un cuerpo de color pardo oscuro de 10 milímetros (mm) de largo, y produce una miel que exhala un aroma a queso. La miel de la llamada uruçu-amarela, una especie autóctona de la Amazonia (Melipona flavolineata) tiene un sabor algo ácido, similar al del limón. La de la uruçu-cinzenta o tiúba (Melipona fasciculata), de abdomen negro con bandas grises, y la de yatey o abeja angelita (Tetragonisca angustula), de 4 a 5 mm de longitud, son más dulzonas.
La diversidad de colores, aromas y sabores permite ampliar los usos culinarios de la miel de las abejas nativas sudamericanas, también llamadas abejas sin aguijón (en realidad, el agujón está atrofiado), pero, por otro lado, dificulta la definición de los parámetros de calidad e identidad de cada tipo. Con la ayuda de científicos, los gobiernos de los estados brasileños están creando una legislación con miras a cubrir las lagunas de las leyes federales y promover la meliponicultura –la cría de abejas sin agujón–, regulada en 2004 y actualizada en 2020.
La única normativa federal vigente al respecto de la miel de abejas, aprobada en el año 2000, adopta como parámetro de calidad e identidad la miel de las abejas de la especie Apis mellifera, híbridas de origen exótico también llamadas abejas africanizadas, que es predominante en Brasil. “Este no es el modelo ideal, debido a las diferencias en la composición de las mieles”, dice el biólogo Cristiano Menezes, de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), uno de los autores de un artículo publicado en 2021 en la revista científica Apidologie, que pone de relieve esas diferencias.
En este estudio, los distintos tipos de miel de las abejas nativas superaron los límites de varios de los parámetros de calidad, principalmente en lo referente a los contenidos de humedad y acidez adoptados como estándar por la legislación brasileña para la miel de las abejas del género Apis. De las 106 muestras que se utilizaron para definir la composición fisicoquímica de las mieles de abejas sin aguijón analizadas en otros estudios, 82 presentaban un contenido de humedad superior al límite de un 20 % estipulado por las leyes brasileñas. Al tener naturalmente más agua que la miel de las africanizadas, la miel de las abejas autóctonas puede tener de un 18 % a un 40 % de humedad.
Asimismo, el 30 % de las muestras exhibía valores de acidez libre por encima de lo establecido por la legislación federal. “El contenido de acidez indica que hay fermentación. En la miel de la especie Apis, que es más estable, esto tiene sentido porque puede indicar que la recolección fue prematura. Pero las mieles de las abejas nativas, al tener más agua, fermentan de manera natural en las colonias”, dice Menezes. En su análisis, el índice de acidez variaba entre 17 miliequivalentes por kilogramo (mEq/kg) en la miel de abejas mandaçaia (Melipona quadrifasciata) y 143 mEq/kg en la miel de la uruçu-amarela de la Amazonia. El límite establecido por la legislación nacional es de 50 mEq/kg.
En los últimos años, algunos estados brasileños han aprobado sus propias regulaciones técnicas de identidad y calidad para la miel de abejas autóctonas. En el estado de Amazonas, se aumentó el límite de acidez hasta 80 mEq/kg, aunque en el análisis efectuado por Menezes, algunas muestras superaron ese valor. La normativa de São Paulo aumentó el contenido de humedad para la miel in natura a un 40 %, pero mantuvo el estándar de acidez en 50 mEq/kg.
“Una vez determinadas las directrices principales y aprobada una normativa técnica, algunos detalles como el de la acidez pueden llegar a modificarse, si existe una fundamentación científica”, considera el biólogo Ricardo Camargo, investigador de Embrapa y uno de los autores de un artículo publicado en la revista Brazilian Journal of Food Technology en 2017 que fundamentó la creación de la normativa técnica para el estado de São Paulo. “Lo importante es que se comprobó que el índice de acidez de la miel de abejas autóctonas puede ser mayor que el de la miel de Apis. La próxima etapa consistirá en establecer un mínimo y un máximo tolerable para los parámetros principales, como son la humedad y la acidez”.
Entre 2007 y 2021, Camargo trabajó como asesor técnico de la Cámara Sectorial de la Cadena Productiva de la Miel y Productos Apícolas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa) de Brasil. “En 2019, la cámara le propuso al Mapa la elaboración de una normativa técnica nacional, tomando como modelo la de São Paulo”, informa. Según consta en el acta de la última reunión de la cámara sectorial, realizada en junio de 2021, el tema aún se estaba discutiendo. “Después de la miel, será necesario definir normas técnicas para el propóleo, la cera o cerumen [los receptáculos del material con el que las abejas construyen sus nidos o panales donde almacenan la miel] y otros de los productos elaborados por las abejas sin aguijón”. Menezes añade: “El cerumen le aporta calidad a la miel, como el barril de roble al vino”.
El ecólogo Jerônimo Villas-Bôas, meliponicultor y autor de un manual técnico sobre el aprovechamiento integral de los productos de las abejas sin aguijón, comenta que la ausencia de parámetros nacionales y de una estandarización entre las legislaciones de los estados dificulta la venta de la miel fuera de la región donde se produjo. “Si los estados están definiendo sus propias normas, el gobierno federal también puede hacerlo”, dice. Él participó en la elaboración de la normativa técnica del estado de Pará, publicada en noviembre de 2021 por la Agencia de Protección Agropecuaria de Pará (Adepará). En dicho estado, según la agencia, el volumen de cría de abejas sin aguijón es 30 veces mayor que el de Apis.
Una actividad artesanal
Entre las 250 especies de abejas nativas descritas en Brasil, actualmente unas 60 son utilizadas para la producción de miel. La variedad de sabores, colores y aromas son el resultado de los distintos métodos de producción: las abejas nativas almacenan la miel en recipientes construidos con una mezcla de cera y propóleo que la miel absorbe lentamente, mientras que las del género Apis almacenan su miel en panales hechos de cera pura. Según cual sea la especie, una colonia de abejas sin aguijón como M. fasciculata puede producir una media de 4 kg de miel al año, promediando un costo de 120 reales el kilo, mientras que una colonia de Apis produce 30 kg por año, a un precio promedio de 30 reales el kilo.
La meliponicultura, que los pueblos originarios de Brasil practican desde hace siglos, es una actividad predominantemente artesanal. “El registro de los productores en los organismos oficiales aún es bajo, lo que dificulta un conocimiento preciso del mercado”, dice la economista Ana Assad, directora ejecutiva de la Asociación Brasileña de Estudios de las Abejas (A.b.e.l.h.a). “En la práctica, cada estado regula su registro y mantiene un listado de los meliponicultores”, dice Camargo, quien también preside la Asociación de Meliponicultores del Estado de São Paulo (Amesampa). Según él, en el estado hay entre 4.000 y 5.000 meliponicultores.
Para impulsar el área, Embrapa, en colaboración con A.b.e.l.h.a, organiza cursos; uno de ellos, realizado en la modalidad online, al principio de la pandemia, congregó a 45.000 personas, y otro sobre meliponicultura urbana, a alrededor de 10.000. En noviembre de 2021, en el Catálogo nacional das abelhas nativas sem-ferrão [Catálogo nacional de abejas nativas sin aguijón], el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) dio a conocer el hábitat natural de 95 especies de este grupo haciendo hincapié en que cada una de ellas debe criarse en su propia región.
Proyectos
1. Las interacciones entre las abejas y la agricultura. Perspectivas para una utilización sostenible (nº 17/21097-3); Modalidad Programa Biota; Investigador responsable Osmar Malaspina (Unesp); Inversión R$ 3.958.641,42
2. ¿Las mezclas de agrotóxicos podrían ser perjudiciales para la salud, la conducta y la reproducción de las abejas solitarias nativas? (nº 19/27863-5); Modalidad Beca de doctorado; Investigador responsable Osmar Malaspina (Unesp); Beneficiaria Rafaela Tadei; Inversión R$ 241.714,20
Artículos científicos
SOUZA, E. C. A et al. Stingless bee honey (Hymenoptera, Apidae, Meliponini): A review of quality control, chemical profile, and biological potential. Apidologie. v. 52, n. 1, p. 113-32. 11 ene. 2021.
CAMARGO, R. C. R. et al. Mel de abelhas sem ferrão: Proposta de regulamentação. Brazilian Journal of Food Technology. v. 20, e2016157, 2017.
FLETCHER, M. T. et al. Stingless bee honey, a novel source of trehalulose: A biologically active disaccharide with health benefits. Scientific Reports. v. 10, n. 1, 22 jul. 2020.
ASSIS, J. S. et al. Are native bees in Brazil at risk from the exposure to the neonicotinoid imidacloprid? Environmental Research. 113127. 13 mar. 2022.
ALISTAIR, J. C. et al. High bee functional diversity buffers crop pollination services against Amazon deforestation. Agriculture, Ecosystems & Environment. v. 326, n. 107777. 1º mar. 2022.
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