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Tapa

Un mercado en expansión

En América Latina, el cuidado remunerado representa el 16% de los puestos laborales, con 47 millones de personas que trabajan en el área

Linoca Souza

Quienes desempeñan tareas como cuidadores de personas representan el 11,5 % del empleo a nivel mundial, el 19,3 % de los puestos laborales femeninos y el 6,6 % de los masculinos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En Latinoamérica, el trabajo remunerado de cuidados personales suma el 16 % de los empleos, con 47 millones de personas actuando en el área. De estas, 36 millones son mujeres, lo que equivale al 31 % de los puestos de trabajo femeninos. “En países tales como Brasil, Colombia, Argentina y Uruguay son las trabajoras domésticas, mensuales o diarias, las que se encargan, en gran medida, del cuidado infantil y de los ancianos”, informa la socióloga Nadya Araujo Guimarães, de la Universidad de São Paulo (USP).

En Brasil, las trabajadoras domésticas suman 4 millones, que en su mayoría son migrantes internas, a diferencia de lo que ocurre en Europa y Estados Unidos, donde a menudo son extranjeras. A pesar de que las tareas de cuidado aún forman parte, en gran medida, de las labores asignadas a las empleadas domésticas, la búsqueda de profesionales que se desempeñan específicamente en esta área ha crecido en Brasil en los últimos años. “Las vacantes para ese perfil laboral se incrementaron en un 275 % en el país entre 2012 y 2019”, resalta la investigadora, computando la existencia de 1,5 millones de cuidadores domiciliarios en el país.

La profesión del cuidador de personas, vital para garantizar el bienestar de la sociedad, registra en todo el mundo condiciones laborales precarias. Este mercado se caracteriza por el pago de sueldos bajos y la escasa formalidad, una situación que, en Brasil, aún es peor, si se la compara con países tales como Francia y Japón, según Helena Hirata, del Centro de Investigaciones Sociológicas y Políticas de París, en Francia. Aquí no hay una ley específica que regule la actividad, que se ampara en la legislación vigente para las empleadas domésticas para hacer valer sus derechos. “Según datos de 2019, el 93 % de los trabajadores domésticos del país son mujeres y el 65 % de ellas, negras. Esta categoría de trabajo quedó al margen de los derechos laborales durante décadas y recién en 2013, mediante la Enmienda Constitucional nº 72, conocida como PEC [Propuesta de Enmienda Constitucional] de las Empleadas Domésticas, conquistó derechos similares a los de otras ocupaciones, tales como la limitación de la jornada laboral a ocho horas diarias y el pago de horas extra y vacaciones”, dice Regina Stela Corrêa Vieira, del Programa de Posgrado en Derecho de la Universidad del Oeste de Santa Catarina (Unoesc).

La conquista de mejores condiciones laborales estuvo acompañada, en el ámbito académico, por un debate en torno a la necesidad de establecer la dimensión monetaria del trabajo doméstico no remunerado, que de acuerdo con la OIT, suma 16.400 millones de horas al día en todo el mundo. En su tesis doctoral defendida en la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) en 2018, la demógrafa Jordana Cristina de Jesus, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), aplicó una metodología para calcular el valor anual de ese trabajo en Brasil, que arrojó un resultado de 580 mil millones de reales, equivalente al 11 % del Producto Interno Bruto (PIB), en 2013. “Para determinar ese porcentaje sumamos las horas anuales de tareas domiciliarias no remuneradas y le asignamos un valor monetario, con base en el sueldo promedio de una empleada doméstica”, explica la demógrafa, quien actualmente lleva a cabo una investigación para calcular el valor total del trabajo doméstico en el país.

El Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), a su vez, está desarrollando un estudio para dimensionar al sector del cuidado de personas remunerado en Brasil. La definición aplicada es amplia, e incluye a todas las actividades públicas y privadas, directa o indirectamente relacionadas con el servicio de cuidado (por ejemplo, los trabajadores domésticos y los servicios de limpieza, así como los empleados públicos que se desempeñan en el área de la salud, los profesionales que trabajan en la educación infantil y los docentes de la enseñanza fundamental y media). De acuerdo con la socióloga Luana Pinheiro, investigadora de la institución, las estimaciones preliminares revelan que alrededor del 25 % de la fuerza laboral del país se ocupa de proporcionar esos cuidados. “Las actividades de cuidado de personas no solo garantizan el bienestar de la sociedad en su conjunto sino que también sientan las bases para que otras puedan desempeñarse en otras funciones en el ámbito del mercado. Nadie trabajaría en la bolsa de valores, por ejemplo, si el baño no estuviera limpio, si los niños y otras personas dependientes no estuvieran siendo cuidadas y si los empleados no estuvieran alimentados”, concluye.

Proyecto
El cuidado de personas como trabajo. Una concepción del derecho laboral basada en el género (nº 16/18865-6); Modalidad Beca doctoral; Investigador responsable Homero Batista Mateus da Silva (USP); Beneficiaria Regina Stela Corrêa Vieira; Inversión R$ 107.595,42

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