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ASTROFÍSICA

Un meteorito en Serra Pelada

Fragmentos de uno de los mayores asteroides del Sistema Solar caen en la Amazonia y son recuperados por científicos

A las 10h35 de la mañana del 29 de junio de 2017, una bola de fuego atravesó el cielo en sentido nordeste-sudoeste de Brasil y luego explotó, provocando un estruendo que se oyó a kilómetros de distancia, se disgregó y cayó sobre el pueblito de Serra Pelada, en el municipio de Curionópolis, en el sudeste del estado norteño de Pará. Los lugareños recogieron los pedazos del meteorito que cayeron cerca de una escuela. Un fragmento de 5,4 kilogramos (kg) cayó en una propiedad minera y fue recuperado por un electricista. El geólogo Marcílio Rocha, que nació en ese poblado, sospechó que aquello podría ser parte de un meteorito y se contactó con una experta en el tema, la astrónoma Maria Elizabeth Zucolotto, investigadora del Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).

Los estudios realizados por científicos de los estados de Río de Janeiro, Pará, Bahía y São Paulo indicaron que se trataba de un tipo raro de meteorito, que se habría escindido de uno de los mayores y más brillantes asteroides del Sistema Solar: Vesta. Con 500 kilómetros (km) de diámetro, ese peñasco espacial forma parte del Cinturón de Asteroides, ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter. “Las colisiones entre asteroides pueden causar el desprendimiento de fragmentos que entran en órbita alrededor del Sol”, dice la astrónoma Thais Mothé Diniz, quien trabajó con meteoritos en el Observatorio de Valongo de la UFRJ y actualmente se desempeña como docente en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, en la ciudad de Alesund. “Cuando pasan muy cerca de la Tierra, pueden ingresar a la atmósfera, adoptando el nombre de meteoro”. Al caer sobre la superficie del planeta pasan a denominarse meteoritos.

El meteorito de Pará, al que se le dio el nombre de Serra Pelada, es esencialmente una roca basáltica, constituida principalmente por dos minerales, feldespato y silicatos, a los cuales se los conoce con el nombre de piroxenos, además de cuarzo y apatita en menores proporciones, tal como se describe en un artículo científico que salió publicado en febrero de 2018 en la revista Anais da Academia Brasileira de Ciências.

Según Zucolotto, la principal autora del trabajo, el Serra Pelada habría ingresado en la atmósfera terrestre a una velocidad entre 11 y 70 km por segundo. Al frenarse por la fricción con el aire, el meteorito explotó disgregándose en varios fragmentos, de los cuales solamente dos fueron recuperados y muchos otros, posiblemente menores, se perdieron en la selva. Su composición refuerza la hipótesis de que realmente sería un vestigio de Vesta, puesto que ese asteroide está compuesto por una proporción única de elementos químicos.

El meteorito de Pará fue el primero que se registró en la Amazonia y es el tercer fragmento de Vesta que se ha recuperado en Brasil. El primero fue el Serra de Magé, de alrededor de 1,8 kg, que cayó en 1923 sobre el municipio de Alagoinha, en el estado de Pernambuco. El segundo fue el Ibitira, de unos 2,5 kg, que cayó en la localidad de Martinho Campos, estado de Minas Gerais, en 1957. El mayor meteorito descubierto hasta ahora en el país es el de Bendegó, con 5,36 toneladas, que se encontró en el interior bahiano en 1784. Hasta la fecha, se han identificado 74 meteoritos en Brasil.

“Los meteoritos están constituidos por restos de la materia que formó el Sistema Solar, además de fragmentos de cuerpos mayores como son los asteroides, por ejemplo, o la Luna, Marte y posiblemente también cometas. Se trata de piezas importantes para el rompecabezas de la historia de la formación y evolución de los planetas, porque constituyen muestras que van desde el núcleo hasta la superficie de los cuerpos celestes que los originaron. Algunos de ellos, como en el caso de los condritos, conservaron su composición sin alteraciones desde hace 4.560 millones de años, la fecha del origen del Sistema Solar”, dice Zucolotto.

Cuando recibió el llamado de Rocha que le avisaba sobre el meteorito, Zucolotto estaba realizando un trabajo de campo en Palmas de Monte Alto (Bahía), en busca de fragmentos de otro meteorito. Ella cambió sus planes de viaje y se encaminó hacia el pueblo de Serra Pelada, a 1.800 km de distancia. En compañía del coleccionista André Moutinho empezaron a buscar vestigios del meteorito por los alrededores de Serra Pelada. Pasaron por una mina de oro clandestina, se encontraron con miembros del Movimiento de Trabajadores sin Tierra en Eldorado dos Carajás y recorrieron tramos aislados de la autopista Transamazónica.

Luego de seis días de búsqueda, no encontraron ningún meteorito y se enteraron de que el fragmento de 5,4 kg que se proponían adquirir, ya había sido vendido a un comprador en el exterior. Concluyeron la expedición solamente con algunos fragmentos menores, que compraron por 37 mil reales. “A veces, para poder realizar esas compras, nos brindó ayuda la Sociedad de Amigos del Museo Nacional”, comenta.

Zucolotto tiene experiencia en cazar meteoritos. En 1997, ella participó de una persecución a dos estadounidenses que habían robado un meteorito de un tipo bastante raro, el Angrito, de 1,5 kg, que había caído en el municipio de Angra dos Reis en 1869 y se conservaba en el Museo Nacional de Río de Janeiro. En esa ocasión, los ladrones lo intercambiaron por otro similar pero sin valor. El Angrito es uno de los tipos de rocas más antiguas del Sistema Solar, del que hay solamente 28 ejemplares confirmados en todo el mundo. El hurto se descubrió rápidamente y el meteorito se recuperó, gracias a la ayuda de la Policía Federal, en el Aeropuerto Internacional de Galeão, en Río de Janeiro. “En esa época, el Angrito tenía un alto valor comercial porque era raro, pero recientemente, se halló un meteorito de 40 kg muy parecido en Argentina, y su valor se redujo”, dice. Cuando lo robaron, ese meteorito podía venderse a coleccionistas por una cifra cercana a 3,5 millones de reales.

Artículo científico
ZUCOLOTTO, M. E. et al. Serra Pelada: The first Amazonian meteorite fall is a eucrite (basalt) from asteroid 4-Vesta. Anais da Academia Brasileira de Ciências. v. 90, p. 3-16. feb. 2018.

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