El compuesto candidato a vacuna desarrollado por la Universidad de Queensland y la empresa de biotecnología CSL, ambas de Australia, fue el primer descartado de los más de 200 en fase de prueba contra el covids-19. El 11 de diciembre, CSL comunicó que no seguiría adelante con los ensayos clínicos de las fases II y III, pese a que la fórmula se mostró segura, no generó reacciones adversas y activó la respuesta inmunológica en los participantes de los test de la fase I. Su desarrollo se canceló porque algunos de los voluntarios que inoculados con el compuesto registraron falsos positivos en los resultados de los test para detectar el VIH. Para aumentar la estabilidad de la fórmula, los científicos le añadieron una proteína del VIH que no causa esa enfermedad, pero estimula la producción de anticuerpos contra el virus del sida. Para evitar sospechas sobre su confiabilidad, el gobierno australiano anuló la compra de 51 millones de dosis y entonces la universidad y CSL abandonaron el desarrollo de la vacuna.
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Australia descarta un posible agente inmunizante
El compuesto extraído del hígado de los tiburones se utiliza en cinco de las posibles vacunas contra el nuevo coronavirus
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