La reducción de los vuelos comerciales a causa de la pandemia del nuevo coronavirus provocó un efecto inusitado: la disminuyó la precisión de los pronósticos del tiempo en ciertas regiones del planeta. Durante el vuelo entre diferentes localidades, los aviones registran informaciones sobre los vientos, la temperatura, la presión y la humedad relativa del aire. Los datos proporcionados por miles de vuelos diarios ayudan a alimentar los modelos de los pronósticos meteorológicos. Pero la pandemia ha dejado a gran parte de la flota aérea en el suelo, y eso ha redundado en una merma del 50% al 75% en las observaciones realizadas por las aeronaves. La consecuencia de ello fue una disminución en la precisión de los datos. El investigador Ying Chen, de la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido, comparó la exactitud de las previsiones meteorológicas efectuadas entre marzo y mayo de este año con las del mismo período de tres años anteriores y constató un descenso en la precisión de los datos sobre temperatura, humedad relativa, presión atmosférica y velocidad de los vientos (Geophysical Research Letters, 15 de julio). El deterioro fue tanto mayor en las zonas con tráfico aéreo intenso (Estados Unidos, sudeste de China y Australia) como en las más remotas (Groenlandia, Antártida y el desierto del Sahara).
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