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Necrológicas

La antropóloga de la violencia

Pionera en estudios sobre delito y políticas sociales, Alba Zaluar falleció a los 77 años

Zaluar en 2004: la antropóloga rechazó la idea de que habría una relación directa entre la pobreza y la violencia

Felipe Varanda/ Folhapress

Una referente en las áreas de sociología y antropología urbana y en estudios sobre la violencia en Brasil, Alba Zaluar, docente e investigadora del Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Iesp-Uerj) falleció el 19 de diciembre, a los 77 años, en la capital fluminense. “Zaluar fue una de las primeras en demostrar la relación entre el aumento de los homicidios en el país y la llegada del tráfico de drogas”, recuerda Sérgio Adorno, coordinador científico del Núcleo de Estudios de la Violencia de la Universidad de São Paulo (NEV-USP), uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión financiados por la FAPESP. En opinión del sociólogo, en más de tres décadas de investigaciones, ella introdujo innovaciones, por ejemplo, al analizar el impacto de las políticas públicas en la contención de la violencia, en la promoción de la ciudadanía y de una sociedad más igualitaria.

La antropóloga, graduada en ciencias sociales en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), tuvo que dejar el país como consecuencia de la persecución política a la que fue sometida durante la dictadura militar (1964-1985). Integrante del partido Comunista Brasileño (PCB) y militante en el movimiento estudiantil junto a quien entonces era su marido, el físico Alberto Passos Guimarães Filho, en 1965 Zaluar inició una maestría, que finalmente no logró concluir, en la Universidad de Manchester, en el Reino Unido. En una entrevista que le concedió al sociólogo Renato Sérgio de Lima, de la Escuela de Administración de Empresas de São Paulo de la Fundación Getulio Vargas (Eaesp-FGV), que salió publicada en 2011 en el libro As ciências sociais e os pioneiros nos estudos sobre crime, violência e direitos humanos no Brasil, ella comenta que formaba parte de un grupo que se oponía a la lucha armada: “Siempre mantuvimos esa postura de que las cosas debían hacerse por vía democrática. Éramos eurocomunistas, en conflicto con los camaradas de la línea china y cubana”.

En la ciudad de Manchester, Zaluar solía frecuentar un departamento multidisciplinario, con sociólogos, antropólogos e historiadores trabajando en una “perspectiva de cambio, de transformación del proceso social”, según consta en la entrevista concedida De Lima. De regreso en Brasil, en 1974, concluyó su maestría en el programa de Antropología Social del Museo Nacional de la UFRJ, bajo la dirección del antropólogo Roberto DaMatta. Y conservó como referentes a dos autores que conoció en el tiempo que vivió en el Reino Unido: el sociólogo alemán Norbert Elias (1897-1990) y el teórico cultural jamaiquino Stuart Hall (1932-2014).

Diez años después, Zaluar defendió su doctorado, también en antropología social, pero en esa ocasión en la USP, bajo la dirección de la antropóloga Eunice Ribeiro Durham. Estudió la vida cotidiana de los habitantes de las favelas del Área Metropolitana de Río de Janeiro, una investigación que, en 1985, se tradujo en la publicación de un libro que en la actualidad “es una referencia obligatoria”, según como lo define Adorno, en los estudios sobre violencia, sociología y antropología urbanas, intitulado A máquina e a revolta: As organizações populares e o significado da pobreza [La máquina y la rebelión: las organizaciones populares y el significado de la pobreza] (editorial Brasiliense, 1985). Según el sociólogo, la originalidad de la obra subyace en el hecho de que Zaluar desafió al enfoque por entonces dominante, de que habría una relación directa entre la pobreza y la violencia. “Al interesarse por entender el significado de la pobreza en la organización de la vida de aquellos grupos, y no necesariamente en analizar la violencia urbana, en su estudio Zaluar demostró, entre otros hallazgos, que la identidad del trabajo se construía por oposición a la de los bandidos y holgazanes. Pero esa oposición no era algo rígido o absoluto. Las relaciones eran más complejas y ambiguas”, recuerda.

El politólogo Bruno Paes Manso, también investigador del NEV-USP, resalta lo inédito del approach de Zaluar dentro del universo académico de São Paulo. “Las descripciones que ella hacía sobre el tráfico de drogas y cómo eso contribuía para la creación de un nuevo tipo de masculinidad en las comunidades periféricas, en oposición a la sociabilidad inherente a las escolas de samba, eran fascinantes”, dice. “Ella era una persona que se exponía en las redes sociales y mantenía una postura pública activa, una predisposición para la discusión que enriquecía el debate público”, analiza, al destacar la actualidad de la controversia propuesta en Condomínio do diabo (editorial Revan/ UFRJ, 1994).

Ciudad de Dios
Las investigaciones desarrolladas por Zaluar en la década de 1980 también sirvieron como punto de partida para el libro Cidade de Deus, publicado en 1997 por Paulo Lins, que en 2002 se convirtió en la película del mismo nombre. Lins relata que conoció a Zaluar cuando estudiaba la carrera de Letras en la UFRJ, hace alrededor de 40 años. “Ella estaba desarrollando una investigación sobre la delincuencia entre las clases populares y necesitaba gente para entrevistar a residentes de la Cidade de Deus, ligados al mundo criminal. Yo vivía ahí y entonces, comencé a realizar esas entrevistas. Al advertir el resultado, Zaluar me incitó a que escribiera un libro”, dice Lins, que en aquella época solamente se dedicaba a la poesía. “Escribí Cidade de Deus en un período de 10 años, con algunos intervalos, a causa del trabajo y del nacimiento de mi hija. Zaluar jamás dejó de estimularme para que lo terminara. Si no hubiese sido por ella, la obra no habría existido”, resalta el escritor. En la entrevista con Lima, de la FGV, Zaluar afirmó que la riqueza y la profundidad del trabajo llevado a cabo por Lins incidieron en la calidad de la investigación etnográfica que ella desarrollaba en aquella época. “Siempre me interesaron los asuntos vinculados con la pobreza, tales como las organizaciones populares, asociaciones vecinales y la cultura popular. Y es por eso que fui a estudiar la Cidade de Deus, al comienzo de 1980”, declaró.

Fue libre docente de la Universidad de Campinas (Unicamp) y docente titular de antropología social en la Uerj. En 1997, en el Instituto de Medicina Social de la Universidad Fluminense, fundó el Núcleo de Investigación de Violencias (Nupevi). En 2002, se convirtió en titular de la Cátedra Joaquim Nabuco de la Universidad Stanford, en Estados Unidos. Recibió diversos premios, entre ellos la Medalla Chiquinha Gonzaga, de Concejo Deliberante de Río de Janeiro y la Medalla Roquette Pinto por su Contribución a la Antropología Brasileña, de la Asociación Brasileña de Antropología. Publicó una docena de libros y más de 70 artículos. Dirigió más de 20 tesinas de maestría y 20 tesis doctorales.

Para Adorno, del NEV-USP, más allá de su extensa trayectoria, Zaluar se mantuvo sensible a los cambios en su área, algo que considera poco común entre los expertos. “Éramos amigos e intelectualmente cercanos. Hace dos años supe que estaba enferma, pero incluso así no dejó de trabajar”. Según el sociólogo, un texto inédito de Zaluar formará parte de un fascículo sobre el crimen organizado en la próxima edición de la Revista Brasileira de Sociologia.

“Zaluar dejará un vacío enorme, tanto por su estatura intelectual como por su capacidad para producir reflexiones originales”, dice Adorno, recordando que ella es una de las sociólogas brasileñas más citadas en el exterior. Una de sus últimas apariciones en público fue al final del mes de octubre en el marco del evento Radicalization and Violence: Perspectives and Prevention Approaches, organizado por la FAPESP. En esa ocasión, brindó la conferencia Vicious circles in public security and the increase of crime in Brazil. Zaluar, quien deja dos hijos, falleció como consecuencia de un cáncer de páncreas.

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