¿Un mero matorral? No para un experto en regeneración forestal. En esta foto, el biólogo Sergius Gandolfi distingue polinizadores, dispersores de semillas y una multiplicidad de microambientes. Ya han transcurrido 30 años desde el comienzo del proyecto de restauración de esa área selvática en Iracemápolis, en el interior paulista, y las semillas de palo borracho envueltas en sus características fibras blancas, así como plantas muy jóvenes entre los troncos de árboles adultos, son testimonios del éxito. “La restauración ocurre cuando se recuperan los procesos ecológicos que generan y mantienen poblaciones típicas de aquella vegetación”, explica el investigador, y, en este caso, las semillas lo atestiguan. “Especies tales como las de Cariniana [especie conocida popularmente como jequitibá en Brasil], florecen 20 años después de plantarlas y, sólo entonces, dispersan semillas por el suelo”.
Imagen enviada por Sergius Gandolfi, docente de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP)
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