La hipótesis de que la región amazónica, actualmente rica en biodiversidad, también haya funcionado en un pasado remoto como generadora de diversas formas de vida que se expandieron hacia otras zonas geográficas tiene ahora otro capítulo. Con base en el análisis de fósiles y de la distribución geográfica de especies vivas y extintas de la familia de los didélfidos, popularmente conocidos con el nombre de zarigüeyas, a lo largo de las eras geológicas, la bióloga Mariela Castro, de la Universidad Federal de Catalão (UFCAT), en el estado brasileño de Goiás, y colaboradores, presentaron indicios de que este grupo de marsupiales habría surgido en la Amazonia hace aproximadamente 40 millones de años.
Según este estudio, publicado en junio en la revista Journal of Mammalian Evolution, las zarigüeyas se habrían originado en el norte de América del Sur, donde posteriormente se fueron diversificando durante tres cuartas partes de su historia evolutiva. Solamente después fue que colonizaron otras zonas del continente, incluida América del Norte. Las zarigüeyas conforman el principal grupo de marsupiales –mamíferos que suelen poseer un pliegue en su epidermis en forma de bolsa para cargar a sus crías– surgidos fuera de Australia y Nueva Zelanda. Excepto una especie que habita en América del Norte, el resto de las variedades de didélfidos, clasificadas en 18 géneros y unas 130 especies, hoy en día tan solo están presentes en América del Sur y, a menor escala, en América Central. Alrededor de un 70 % de los marsupiales son endémicos de Oceanía, un continente asociado a este tipo de mamíferos, y el resto se encuentran en América.
Las zarigüeyas serían descendientes de otros grupos de mamíferos hoy en día extintos que existían en América hace unos 70 millones de años. Esos antepasados de las primeras zarigüeyas desaparecieron de América del Norte, pero prosperaron en América del Sur. “La evolución del grupo de los didélfidos quedó acotada exclusivamente a la región amazónica durante aproximadamente 30 millones de años”, dice Castro. “En ese período, ya estaba presente la selva tropical húmeda”. En el modelo presentado en el artículo científico, 36 de los 43 eventos evolutivos que culminaron en el surgimiento de las subfamilias y tribus actuales de zarigüeyas tuvieron lugar en la Amazonia hace más de 10 millones de años. No por ello ha sido menos importante para este género de mamíferos el período más reciente, comprendido entre 10 millones y 2,7 millones de años atrás. En realidad, la diversificación del grupo, de acuerdo con el trabajo del equipo de investigadores brasileños, ocurrió a la par de las modificaciones geológicas y climáticas que también se produjeron en el subcontinente sudamericano.
La lista de eventos transformadores más recientes en el norte de América del Sur está lejos de ser desdeñable. Mientras que las zarigüeyas continuaban con su evolución tan solo en el interior de la Amazonia, ya se habían producido lo que se denominan transgresiones marinas (elevaciones del nivel de los océanos) en la propia región y en la cuenca del Paraná. Poco después, sobrevendría otro evento geológico crucial. “Hace aproximadamente entre 10 millones y 7 millones de años, hubo un aumento de la elevación de la parte norte de los Andes y la propia formación del río Amazonas, tal como lo conocemos actualmente”, comenta Castro. Los registros paleoclimáticos muestran que sobrevino un descenso generalizado de las temperaturas medias globales y hubo una expansión de las áreas de sabana hacia el sur, donde ahora se encuentran los biomas brasileños de la Caatinga (matorral xerófilo) y el Cerrado (sabana tropical), además de las zonas secas presentes entre Paraguay y el norte de Argentina. Casi todos los géneros actuales de zarigüeyas surgieron después de estas grandes transformaciones.
El modelo propuesto por el estudio delimita nueve zonas biogeográficas en América del Sur para probar la hipótesis de en cuál de ellas se habrían originado los didélfidos y hacia dónde expandieron sus hábitats. Las últimas zonas ocupadas por las zarigüeyas habrían sido la Pampa y América del Norte. “Hace 3 millones de años, debido al surgimiento del istmo de Panamá, que conectó las tres partes del continente, las zarigüeyas consiguieron pasar a Norteamérica”, comenta Castro. Este arribo tardío a territorios más septentrionales probablemente explique por qué hoy en día existe solamente una especie de este grupo en estados Unidos y en Canadá, la zarigüeya de Virginia –o tlacuache norteño– (Didelphis virginiana).
“El artículo hace un aporte interesante”, dice la bióloga Ana Paula Carmignotto, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), quien no forma parte del grupo que firma el estudio. Según ella, los trabajos previos sobre la reconstrucción biogeográfica de la historia evolutiva de los didélfidos, apuntaban que su cuna habían sido las selvas de Sudamérica, pero sin delimitar exactamente en cuál o cuáles biomas habría ocurrido su génesis. “Lo más destacado del estudio, más allá de la historia evolutiva, es la identificación, por primera vez, de la Amazonia como lugar de origen de este grupo”, dice Carmignotto.
El trabajo que postula a la Amazonia como lugar de origen de las zarigüeyas está lejos de agotar las ideas para la realización de nuevos estudios. Para quienes se dedican a este tema, uno de los grandes retos consiste en lograr conectar los resultados biogeográficos con los registros paleontológicos. En el paper publicado ahora, los autores han realizado esa conexión. En la mayoría de los casos, las informaciones coincidieron, es decir, las edades de los fósiles concordaban con las aportadas por la biogeografía. De cualquier modo, quedan lagunas por cubrir.
Hay pocos fósiles de zarigüeyas conservados en el norte de América del Sur, una limitación que dificulta aún más hacer esta comparación de los datos paleontológicos con la historia evolutiva impresa en partes del material genético. “Es difícil que acontezca el proceso de fosilización en la Amazonia y en el Bosque Atlántico, que son ambientes muy húmedos”, dice la bióloga de la UFCAT. En el caso de las zarigüeyas, existe otra dificultad. Los primeros ejemplares del grupo, es muy probable que no hayan superado los 30 gramos de peso. Aun cuando eso haya ocurrido, su registro fósil, de dimensiones pequeñas, puede fácilmente pasar desapercibido en una recolección de campo. Para aumentar las posibilidades de hallar restos de los primeros linajes de zarigüeyas, es necesario invertir más en trabajos paleontológicos en el norte de Sudamérica, y tener una buena dosis de suerte.
Artículo científico
CASTRO, M. C. et al. Amazonia as the origin and diversification area of didelphidae (Mammalia: Metatheria), and a review of the fossil record of the clade. Journal of Mammalian Evolution. 23 jun. 2021.