A lo largo de los dos kilómetros del río Olho d’Água, en Mato Grosso do Sul, los visitantes pueden contemplar a los peces mientras flotan con el rostro sumergido en el agua cristalina. En la región de Bonito, un tercio de sus habitantes trabaja en actividades vinculadas al turismo, que concentra alrededor de un 70 % de la economía local. “Los peces son algo más que comida”, subraya el biólogo José Sabino. “Tienen un impacto en la cultura, la estética y las creencias”. Sabino estudia la importancia del ecoturismo para la preservación de la región, como así también los efectos de la actividad humana en el medio ambiente. En esta zona, la mayor amenaza es el monocultivo de soja, que utiliza herbicidas que pueden destruir la base del ecosistema fluvial. El turismo bien planificado aporta más beneficios a la población humana que impactos sobre la naturaleza.
Imagen enviada por José Sabino, docente de la Universidad del Estado de Mato Grosso do Sul (UEMS)
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