Un grupo internacional de investigadores, del cual formó parte el brasileño Thomaz Pinotti, doctorando en la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), secuenció por primera vez el genoma de uno de los cuerpos recubiertos por las cenizas de la erupción del Vesubio en la ciudad romana de Pompeya, en el año 79 d. C. Bajo la coordinación del genetista Gabriele Scorrano, de la Universidad de Roma Tor Vergata, el equipo extrajo el ADN de los restos mortales de un varón y de una mujer hallados en 1914 en el sitio que los arqueólogos llaman “La casa del artesano”. El examen de los esqueletos indica que él tenía entre 35 y 40 años y ella, unos 50 años o más. Los científicos secuenciaron el ADN de ambas víctimas, pero solo consiguieron extraer información del material genético del esqueleto masculino. Los análisis identificaron lesiones en una de sus vértebras y secuencias de ADN compatibles con las de bacterias del género Mycobacterium, un grupo al cual pertenece la que causa la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis). El resultado sugiere que ese hombre podría haber tenido la enfermedad antes de morir (Scientific Reports, 26 de mayo). Las comparaciones con el ADN de 1.030 individuos de aquella época y 471 modernos de Eurasia occidental apuntan que el material genético de ese hombre compartía similitudes con el de los habitantes de la región central del Imperio Romano.
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