Científicos del Laboratorio de Electrónica Orgánica de la Universidad de Linköping, en Suecia, desarrollaron una hoja de papel que almacena tanta energía como los supercondensadores disponibles en el mercado, que son dispositivos que acumulan y liberan energía en forma casi instantánea. También serviría para su uso en baterías y células de combustible, aparatos que utilizan hidrógeno para producir electricidad. Este material se asemeja a un pedazo de papel delgado y flexible, de alrededor 15 centímetros de diámetro y unos pocos milímetros de espesor. Se obtuvo con base en la rotura de fibras de celulosa en microfibras con 20 nanómetros de diámetro. En laboratorio, los investigadores las insertaron en una solución con agua y les agregaron un polímero cargado eléctricamente para revestirlas. Esas microfibras, revestidas con el polímero, se mezclaron y formaron un enmarañado de hilos que resultó en un conductor de electricidad llamado electrolito. A diferencia de las baterías y los supercondensadores, el papel eléctrico, tal el nombre que se le dio, está hecho a base de materiales simples y baratos, y además no requiere el uso de productos químicos peligrosos o metales pesados. El material puede recargarse centenas de veces, y cada carga tarda tan sólo algunos segundos. El estudio salió publicado en la revista Advanced Science el día 2 de diciembre. En un futuro, este material podrá contribuir a la expansión de las energías renovables, al formar parte de aparatos que almacenan energía para paliar deficiencias en las fuentes eólicas y solares durante días sin viento o con nubes espesas.
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