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ECOLOGÍA

Vestigios de los Andes en la Amazonia

Árboles de clima frío fueron comunes en la región norte de Brasil

Los investigadores imaginan un bosque continuo unirse a los Andes (en la foto) en Amazon

Eduardo CesarLos investigadores imaginan un bosque continuo unirse a los Andes (en la foto) en AmazonEduardo Cesar

La ciudad de Porto Velho, capital del estado norteño de Rondônia, es actualmente muy cálida y sofocante; pero hace 30 mil años, su territorio fue probablemente tan frio como la actual Porto Alegre, capital del estado sureño de Rio Grande do Sul, a 3.500 kilómetros (km) de distancia. La temperatura promedio anual habría alcanzado, como máximo, 18º Celsius (C), seis por debajo de la media actual. No había hielo, que cubría vastas regiones al norte y sur del planeta, pero la temperatura durante los inviernos habría llegado a 10º C, lo suficiente como para que los actuales habitantes del sudoeste de la Amazonia brasileña se sintieran congelados. Mediante el análisis del polen y los isótopos (variaciones) de carbono y nitrógeno en sedimentos extraídos de hasta una profundidad de 20 metros, científicos de los estados de Pará y de São Paulo arribaron a la conclusión de que la vegetación también habría sido diferente. Más allá de las especies de árboles que aún hoy en día crecen en la región, la selva albergaba otras, típicas de climas fríos, que desaparecieron a medida que el clima se fue tornando más cálido.

Polen de Alnus

Colección del Laboratorio C-14 del CENA/ USPPolen de AlnusColección del Laboratorio C-14 del CENA/ USP

El Alnus, uno de los géneros de árboles hoy extintos, marca con claridad los cambios de clima y vegetación en la región entre el norte del estado de Rondônia y el sur del de Amazonas. “El Alnus sólo crece en climas fríos”, dice Marcelo Cohen, docente de la Universidad Federal de Pará. En el estudio en cuestión, Cohen identificó granos de polen de 65 grupos de árboles y plantas herbáceas extraídos de las muestras de sedimentos y cree haber hallado el primer registro de árboles de Alnus en la Amazonia brasileña. En América del Sur, los ejemplares de este género se encuentran actualmente en regiones ubicadas por encima de los 2 mil metros de altura en la cordillera de los Andes, a mil km de distancia, por lo menos, de Porto Velho.

Polen de Weinmannia

Colección del Laboratorio C-14 del CENA/ USPPolen de WeinmanniaColección del Laboratorio C-14 del CENA/ USP

Los granos de polen, siendo leves y diminutos, con un diámetro que varía entre 10 y 40 micrones (1 micrón equivale a la milésima parte del milímetro), pueden ser transportados fácilmente por el viento o por el agua de lluvia y de los ríos. “En el área estudiada”, dice Cohen, “el porcentaje de polen de Alnus alcanzó un 11% del total hallado, algo muy por encima de lo esperado para su dispersión por medio de los ríos o del viento”. Según el investigador, esto indicaba que las poblaciones de Alnus, probablemente provenientes de los Andes, deben haber hallado condiciones favorables para su crecimiento en las tierras bajas del oeste de la Amazonia hace entre 40 mil y 20 mil años, y luego se extinguieron, a medida que el clima se iba tornando más cálido. Cohen también identificó polen de otros géneros de árboles de clima frío, tales como Hedyosmum, Weinmannia, Podocarpus, Ilex y Drymis, que ya habían sido hallados en otros puntos de la Amazonia. La especie Podacarpus, por ejemplo, es un género de árboles del grupo de las coníferas, como las araucarias, que aún crecen en el sudeste y sur del país.

Con base en ese trabajo, es posible imaginarse una selva continua unificando los Andes y la Amazonia, con las especies de árboles de climas fríos más comunes predominando en el oeste y las de climas cálidos al este, durante aquél período. “Había una mezcla de especies de árboles, que formaban una selva glacial, muy singular, que ahora ya no existe en ningún sitio”, dice Cohen. A medida que el clima se iba tornando más cálido, las plantas que proliferan tan sólo con temperaturas más bajas desaparecieron, lo que permitió la expansión de las más adaptadas al clima caluroso, o las más resistentes a las variaciones climáticas intensas. Los investigadores también hallaron tramos de ríos secos, que formaban lagos, luego cubiertos por sedimentos y tapados por vegetación herbácea, formando las actuales sabanas.

Polen de Podocarpus

Colección del Laboratorio C-14 del CENA/ USPPolen de PodocarpusColección del Laboratorio C-14 del CENA/ USP

El avance de las selvas
La identificación de muchas especies arbóreas y de clima frío también constituye un indicador de que, hace entre 30 mil y 40 mil años, el clima era frío y húmedo, y no frío y seco, como habían señalado otros expertos, opina Luiz Carlos Pessenda, investigador en el Centro de Energía Nuclear de la Agricultura (Cena) de la Universidad de São Paulo (USP). En 2001, Pessenda obtuvo los primeros indicios de que el clima en el sudoeste de la Amazonia era húmedo, probablemente con lluvias regulares. Junto a su equipo, recolectó muestras del suelo en una línea de 250 km entre Humaitá, al sur del estado de Amazonas, y Porto Velho, verificando el predominio de plantas adaptadas a la humedad. Estudios recientes con rocas extraídas de cavernas, llevados a cabo por otros grupos de São Paulo y de Minas Gerais, refuerzan la hipótesis que indica que el clima habría sido húmedo y, por lo tanto, habría llovido más de lo que se pensaba en la región, fundamentalmente hace entre 20 mil y 30 mil años, cuando el nivel del mar habría estado unos 100 metros por debajo del actual y el litoral, a 100 km de la actual línea costera, y América del Sur y la Antártida, unidas por un istmo de hielo. Asimismo, buena parte de América del Norte, Europa y Oceanía se hallaban cubiertas por capas de hielo de hasta 3,5 km de espesor.

Para Pessenda, estos resultados refuerzan su hipótesis que apunta que la humedad de la selva amazónica habría abastecido a otra selva híbrida, la de Serra do Mar, en el estado de São Paulo, a casi 3 mil km de distancia, y cuya vegetación él analizó en otros estudios. Hace 30 mil años, Serra do Mar estaba cubierta por especies de árboles pertenecientes a dos ecosistemas distintos, el bosque atlántico y el bosque de araucarias. Más tarde, al igual que en la Amazonia, allí también sobrevivieron tan sólo las resistentes a temperaturas más elevadas y luego, desaparecieron igualmente, cediendo espacio a las campiñas actuales (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 160).

La vegetación característica de la selva amazónica

Eduardo CesarLa vegetación característica de la selva amazónicaEduardo Cesar

En los últimos 15 años, Pessenda ha analizado el polen y la proporción entre las formas (isótopos) de carbono y nitrógeno de sedimentos de todo el país, y aparte montado una colección con unas 4.500 muestras de granos de polen en la que se basan trabajos como el de Cohen, quien realizó el posdoctorado en su laboratorio en 2011. Sus estudios revelan una permanente transformación de las selvas y la retracción de las praderas, que ya fueron incluso más amplias en todo el país, desde hace aproximadamente 4 mil años. Según Pessenda, la mayor parte de las áreas que hoy en día todavía están ocupadas por campiñas en São Paulo y en Rondônia, por ejemplo, tiende a ir desapareciendo, incluso sin la expansión agropecuaria y de las ciudades, siendo naturalmente ocupadas por selvas, en algunas decenas de siglos, como respuesta al clima actual.

Artículo científico
COHEN, M.C.L. et al. Late Pleistocene glacial forest of Humaitá-Western Amazonia. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology. dic. 2013.

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