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Coronavirus

Redes brasileñas ponen su mira en las variantes del coronavirus

La vigilancia genómica del Sars-CoV-2 en el país cuenta ahora con el refuerzo de un programa del gobierno británico

Fotomontaje con imágenes del virus Sars-CoV-2

NIAID-RML

¿Cuáles son las variantes circulantes en Brasil del virus que causa el covid-19 y cuál es su impacto sobre la salud de la población? ¿Los nuevos linajes del Sars-CoV-2 se propagan con mayor facilidad? ¿Causan una enfermedad más o menos grave? ¿Las vacunas y los test de diagnóstico siguen siendo eficaces? Estas son algunas de las preguntas que pretende responder el trabajo de vigilancia genómica para saber cuáles son las mutaciones presentes en los virus en circulación. Los especialistas en esta materia son quienes darán el alerta cuando surja una nueva variante de preocupación –aquellas que suponen un mayor riesgo potencial para la salud pública–, ya sea por ser más transmisible o más letal.

En Brasil, según la plataforma internacional Gisaid, solamente se han secuenciado muestras del 0,47 % de los más de 31 millones de casos registrados de la enfermedad y, por lo tanto, el material genético decodificado se ubica muy por debajo del 5 % recomendado por los expertos. En cifras concretas, se han analizado menos de 150.000 genomas. El porcentaje ha sido menor, principalmente en el primer año de la pandemia, debido a la falta de financiación, de equipos y de insumos. Gisaid es la principal base internacional de intercambio de datos sobre el código genético y las mutaciones detectadas en el nuevo coronavirus.

Aunque las cifras de la vigilancia genómica en el país han mejorado a partir del segundo semestre de 2021 (obsérvese la infografía), los investigadores y gestores siguen buscando recursos para garantizar el mantenimiento y la ampliación de los trabajos. La buena noticia es que las dos grandes redes nacionales de vigilancia genómica han conseguido recientemente el apoyo de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) para intensificar los trabajos de secuenciación genética e identificar posibles nuevas variantes en circulación en el país.

Rodrigo Cunha

Investigadores de la Red Genómica Fiocruz, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Salud (MS) y cuya coordinación está a cargo de científicos de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), y de la Red Nacional de Ómicas del Covid-19 (Red Corona-ómica BR), financiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), han participado en reuniones de trabajo con miembros de la plataforma NVAP (New Variant Assessment Platform). El programa fue creado el año pasado por el gobierno británico para reforzar la infraestructura de otros países y colaborar en la detección de nuevas variantes. Además de Brasil, también forman parte de la iniciativa Chile, Singapur, Etiopía, Kenia, Nigeria, Pakistán y Trinidad y Tobago.

“La ayuda de la agencia gubernamental británica no es la única, pero representa un respaldo importante para proseguir con nuestros análisis y poder generar información genómica”, pone de relieve la viróloga Marilda Siqueira, jefa del Laboratorio de Virus Respiratorios y Sarampión del Instituto Oswaldo Cruz (IOC/Fiocruz). Esta unidad, un centro de investigación, desarrollo y capacitación en el área de los virus que afectan el sistema respiratorio, es una referencia en materia de covid-19 para el MS, en Brasil, y para la Organización Mundial de la Salud (OMS), en toda América.

Responsable a cargo de la Red Genómica Fiocruz, Siqueira dice que el apoyo británico hará posible que otras unidades de la Fiocruz comiencen a realizar análisis genómicos del Sars-CoV-2. Por ahora, tan solo ocho de los once centros de la institución llevan a cabo este tipo de trabajo en los estados de Amazonas, Ceará, Pernambuco, Piauí, Bahía, Río de Janeiro, Minas Gerais y Paraná.

“La realización del análisis genómico es una tarea costosa y compleja. No solo requiere personal calificado, sino equipamiento e insumos onerosos”, explica la investigadora. Según ella, la ayuda británica, cuya duración está prevista en un año, contempla, en el caso de la red Fiocruz, la provisión de insumos y capacitación del personal en las áreas de bioinformática, análisis de datos y vigilancia epidemiológica. “Empezamos a recibir los insumos en el mes de abril y ya hemos realizado algunas capacitaciones”.

En el otro frente de apoyo a Brasil, coordinado por la Red Corona-ómica BR, el acuerdo con los británicos se selló poco después y, hasta finales de junio, los insumos aún no habían llegado, aunque los expertos del Reino Unido ya estaban llevando a cabo workshops con el equipo de la red local. Dicha red, creada en 2020, agrupa a 19 núcleos de investigación, principalmente de universidades. “La idea de los británicos es apoyar a las redes ya establecidas y ceder los insumos para que podamos profundizar en las tareas de secuenciación genómica y vigilancia epidemiológica”, dice el virólogo Fernando Spilki, coordinador de la red y docente de la Universidad Feevale, en Nova Hamburgo (en Rio Grande do Sul).

“Para nosotros, lo más importante con relación a este proyecto tiene que ver con la formación de personal. El Reino Unido posee una gran experiencia en materia de cruzamiento de los datos de la vigilancia genómica con la información epidemiológica”, dice el investigador. “La determinación de las correlaciones entre una determinada variante o sublinaje y un brote o un incremento de los casos puede parecer trivial, pero para este análisis deben tenerse en cuenta muchas variables, entre las cuales se cuentan los aspectos sociales, geográficos, económicos y temporales”.

Uno de los proyectos en el marco de la Red Corona-ómica BR que obtuvieron el respaldo de la plataforma NVAP está a cargo de la médica Ester Sabino, docente del Instituto de Medicina Tropical (IMT) de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), y coordinadora del Centro Conjunto Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, el Diagnóstico, la Genómica y la Epidemiología de los Arbovirus (Cadde), financiado por la FAPESP y por la agencia británica de financiación de la investigación en salud Medical Research Council (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 304).

En 2021, Sabino inició un proyecto de vigilancia genómica con el apoyo de la empresa minorista Magalu, en el marco de una iniciativa del Grupo de Mujeres de Brasil. La propuesta inicial consistía en la creación de un grupo en cada capital brasileña que trabajara en red y secuenciara 100 muestras del virus del covid-19 por mes.

Adenir Britto / PMSJCTest de detección de covid: la caída en la realización de exámenes moleculares RT-PCR dificulta las tareas de vigilancia genómicaAdenir Britto / PMSJC

“Los recursos llegaron en noviembre, contratamos a las coordinadoras, recibimos los primeros reactivos y comenzamos a capacitar al personal”, relata Sabino. La iniciativa ya se ha concretado en 19 capitales, incluso en estados alejados del centro y sur del país, como Amapá, Acre y Rondônia, que rara vez son incluidos en proyectos de gran porte porque carecen de infraestructura, informa la investigadora. Algunos laboratorios ya están realizando los análisis genómicos. El convenio inicial con el grupo empresario prevé provisión de recursos para seis meses de trabajo.

“Esta iniciativa del Grupo de Mujeres de Brasil es importante porque está capacitando a grupos que no tenían experiencia con la secuenciación”, comenta el virólogo Renato Santana, del Departamento de Genética, Ecología y Evolución del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad Federal de Minas Gerais (ICB-UFMG), cuyo laboratorio forma parte del paraguas de la Red Corona-ómica. “Están recibiendo equipamiento e insumos para llevar a cabo la secuenciación y el seguimiento del Sars-CoV-2 en sus propios centros”.

El laboratorio que dirige Santana también recibirá reactivos en el contexto de la plataforma NVAP, al igual que los laboratorios contemplados en el proyecto de Mujeres de Brasil y otros de la Red Corona-ómica. “Tenemos previsto secuenciar al menos 5.000 muestras por mes en las cinco regiones de Brasil”, informa el investigador.

Un colaborador de peso para la ejecución del proyecto, comenta Santana, es el grupo Hermes Pardini, con sede en la ciudad de Belo Horizonte, cuya red cuenta con más de 6.000 laboratorios de análisis clínicos asociados en todo el país. “La totalidad de las 16.000 muestras positivas de covid-19 diagnosticadas por el grupo desde el mes de enero de este año ya se encuentran en mi laboratorio. Solo estamos aguardando la llegada de los reactivos para reenviarlos a los laboratorios que llevarán a cabo la secuenciación”, afirma.

Rodrigo Cunha

La vigilancia genómica en los países miembros del BRICS
La falta de muestras en para realizar secuenciaciones en Brasil constituye un reto para quienes trabajan en el área de la vigilancia genómica, explica la bioinformática Ana Tereza Ribeiro de Vasconcelos, coordinadora del Laboratorio de Bioinformática (Labinfo) del Laboratorio Nacional de Computación Científica (LNCC), unidad de investigación del MCTI. “Ha sido difícil obtener las muestras. Actualmente el testeo es escaso, porque se han dejado de realizar pruebas moleculares mediante la técnica RT-PCR, que genera muestras del virus, y se ha pasado a realizar el test de antígenos en las farmacias o laboratorios, que no producen muestras”, dice la investigadora.

Ella está al frente de otra red de vigilancia genómica que forma parte de una cooperación internacional con los demás países integrantes del Brics (que además de Brasil, incluye a Rusia, India, China y Sudáfrica). La propuesta inicial de la colaboración, que dio comienzo en 2021 y llegará a su fin a finales de este año, prevé la secuenciación de 3.000 muestras en cada una de las cinco naciones, con intercambio de información y análisis conjuntos. Otra iniciativa en el país es coordinada por el Instituto Todos pela Saúde, con el apoyo de la fundación Itaú Unibanco, que en 2021 contó con 200 millones de reales para invertir en vigilancia genómica.

“Ahora estoy secuenciando muestras de enero a marzo que he recibido de los laboratorios asociados”, informa la bioinformática. Los genomas producidos en Brasil en el marco de este programa se depositan en el Gisaid y en la base de datos de China, esta última, una de las tres más importantes del mundo. El coordinador general del proyecto es el bioinformático brasileño Tulio de Oliveira, quien se encuentra al frente de los laboratorios del Centro de Respuesta Epidémica e Innovación (Ceri), de la Universidad de Stellenbosch, y de la KwaZulu-Natal Research and Innovation Sequencing Platform (Krisp), ambos en Sudáfrica.

“Este virus muta muy rápidamente y es de alta transmisibilidad”, dice Vasconcelos. “Es difícil sincronizar las olas de contagio que se producen en distintos lugares del mundo. Pero venimos siguiendo lo que ocurre en cada país, y en las reuniones mensuales con los investigadores de otros países ya conocemos de antemano cuáles son las variantes en circulación en uno u otro lugar. Este trabajo es importante y podría aportarnos alguna ventaja en la lucha contra el virus”.

Las hijas de ómicron
Diferentes subvariantes de este linaje se han vuelto dominantes

Desde finales de 2021, cuando se la detectó por primera vez en Sudáfrica, la variante ómicron ha ido ganando terreno entre los demás linajes del Sars-CoV-2 y se ha convertido en la variante dominante en todo el mundo (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 311). Para el mes de junio ya era la única denominada como variante de preocupación (VOC) por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los linajes más antiguos (delta, alfa, beta y gamma) entraron en otra categoría, la de las “VOC anteriormente en circulación”.

En junio, al menos cinco subvariantes, descendientes de los primeros linajes de ómicron, concentraron la atención de los científicos. La Red genómica Fiocruz señalaba en su sitio web que el 48 % de los genomas del Sars-CoV-2 secuenciados en Brasil en el mes de mayo correspondía a la subvariante BA.2, un poco más transmisible que la ómicron original, un 16 % pertenecía a la BA.1, y otro 15 % a la BA.1.1.

A nivel mundial, la subvariante BA.2 todavía era la dominante, pero ya registraba cierto descenso. Con prevalencia en ascenso, figuraban las variantes BA.2.12.1 (responsable de la mayoría de los casos en Estados Unidos), BA.5 (la dominante en Portugal) y BA.4 (detectada en Sudáfrica y en otros 41 países). Las tres presentan mutaciones en su material genético que parecen conferirles una transmisibilidad mayor y, al mismo tiempo, las hacen inmunes a los anticuerpos generados por las vacunas o las infecciones previas.

“Ahora en Brasil está sucediendo algo similar a lo que ocurrió en 2021 con la variante delta. Mientras en el resto del mundo iba perdiendo aliento, aquí recién estaba llegando”, dice el virólogo Fernando Spilki, coordinador de la Red Corona-ómica BR. “En varios estados ya se advierte desde hace tiempo un predominio de la subvariante BA.2; en otros estamos empezando a notar un crecimiento de la BA.4 y de la BA.5. A nivel local, la epidemia sigue siendo algo diversificada en cuanto a la circulación de diferentes linajes, en comparación con la dinámica registrada en otros países”.

Proyecto
Centro Conjunto Brasil-Reino Unido para la Detección, el Diagnóstico, la Genómica y la Epidemiología de Arbovirus (Cadde) (nº 18/14389-0 ); Modalidad Proyecto Temático; Convenio MRC, UKRI; Investigadora responsable Ester Cerdeira Sabino (USP); Inversión R$ 8.640.246,96.

Artículo científico
BRITO, A. F. et al. Global disparities in Sars-CoV-2 genomic surveillance. Medrxiv. 9 dic. 2021.

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