De acuerdo con un estudio de la estatal brasileña Embrapa, las startups del sector desarrollan alimentos y mejoran la gestión y la comercialización de la producción agropecuaria
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
En 2014, el licenciado en derecho Thiago Rosolem escuchó la expresión “carne de cayú” en una canción del compositor Alceu Valença, del estado de Pernambuco, y se propuso convertir esa idea en un negocio. A partir de un estudio realizado en la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en Fortaleza, estado de Ceará, y con la ayuda de investigadores y expertos en gastronomía, preparó croquetas y hamburguesas vegetales con la masa fibrosa de ese fruto, el anacardo, la mencionada “carne”, obtenida tras la extracción de la pulpa, que generalmente se desecha. Ahora al frente de la empresa Amazonika Mundi, Rosolem se propone utilizar este año 30 toneladas de fibras del bagazo del anacardo, el triple de lo utilizado en 2022, para producir sustitutos de la carne, enriquecidos con extracto de asaí y aceites de plantas amazónicas, y venderlos en los supermercados de 10 estados brasileños.
La empresa Amazonika es una de las 281 startups del sector agropecuario –también llamadas agtechs o agrifoodtechs– de la categoría alimenticia de Radar Agtech Brasil 2022, una prospección del segmento llevada a cabo en noviembre por Embrapa. “La búsqueda de alimentos más sanos, menos contaminantes y específicos para dietas personalizadas constituye una tendencia y está propiciando la innovación en el sector agropecuario”, dice el administrador de empresas Cleidson Dias, de Embrapa, uno de los autores del estudio, realizado en colaboración con la consultora Homo Ludens y el fondo de inversiones SP Ventures. El trabajo contó con el apoyo de la plataforma de startups Distrito y del Serviço Brasileiro de Apoio às Micro e Pequenas Empresas (Sebrae).
Las empresas que elaboran productos tales como carnes vegetales, leche de anacardo o alimentos con mejores índices nutricionales son las más numerosas (el 16,5 %) entre los cinco grupos principales de esta versión del estudio Radar, que incluyó a 1.703 startups. El número total de agtechs brasileñas quintuplicado con creces desde el primer mapeo realizado por Embrapa en 2018. Las empresas son identificadas a través de su inscripción en el Registro Nacional de Personas Jurídicas (CNPJ, en portugués), páginas web, redes sociales y formularios completados por los propios empresarios.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
En la presentación del estudio, dos directores de SP Ventures, Felipe Guth y Francisco Jardim, comentaron que la extensión del país, la diversidad de suelos y climas y las diferencias de tamaño entre las propiedades rurales “hacen ineficiente el proceso de importación de tecnologías e innovaciones, fortaleciendo el desarrollo de soluciones locales”.
A menudo nacidas de proyectos académicos, las empresas de apoyo a los propietarios rurales se concentran en las ciudades de São Paulo (el 21,6 %), Curitiba (el 4,1 %), Piracicaba (el 3,6 %), Río de Janeiro (el 3,3 %) y Campinas (el 3 %). La capital paulista se destacó como la única ciudad de América Latina clasificada entre los 30 ecosistemas más relevantes del mundo, según dos encuestas citadas en el mapeo de Embrapa, el Ranking de Ecosistemas de Startups 2022, publicado por el centro israelí de investigación de ecosistemas globales de innovación Startupblink, y el Informe Global de Ecosistemas de Startups, de la consultora estadounidense de innovación Startup Genome. La capital paulista ocupa los puestos 16º y 28º, respectivamente.
Las startups agrícolas, distribuidas en 34 categorías, se dedican a diversas actividades, tales como el desarrollo de semillas, nuevos alimentos para el ganado o técnicas para reducir los residuos agrícolas, el seguimiento de la producción a través de imágenes satelitales y el uso de drones para aplicar pesticidas o de dispositivos de internet para detectar plagas, pronosticar el clima y planificar el riego.
Amazonika Mundi / Leo RivelloHamburguesa y buñuelos de quinoaAmazonika Mundi / Leo Rivello
En la introducción del Radar, Celso Luiz Moretti, presidente de Embrapa, y Tiago Toledo Ferreira, director ejecutivo de negocios, declararon: “El ecosistema nacional de innovación agrícola es cada vez más complejo y amplio, impulsado por la creciente participación de startups (agtechs) e inversores”.
En 2021, las agtechs brasileñas recibieron inversiones públicas, privadas y extranjeras por alrededor de 1.300 millones de dólares, según AgFunder, empresa estadounidense de capital de riesgo citada en el estudio. Brasil es el sexto país que más inversiones recibe, detrás de Estados Unidos, China, la India, Alemania y el Reino Unido.
El mapeo de Embrapa analizó la facturación de 168 empresas. Con base en esta muestra, la mayoría (un 62,5 %) declaró ingresos anuales de hasta 360.000 reales, casi la mitad (un 43,4 %) de hasta 81.000 reales y un 16,7 % de hasta 16 millones de reales. La conclusión es que “predominan las empresas incipientes, con baja facturación”.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
Desde semillas a drones El estudio analiza tres segmentos de empresas: antes, durante y después del campo. El primero abarca actividades previas al trabajo en el campo, como el desarrollo de material genético (semillas, plántulas o semen) y nuevos métodos de análisis de laboratorio de los nutrientes del suelo. La segunda comprende actividades directamente vinculadas a la producción agropecuaria, tales como la gestión de la propiedad, de los cultivos o del ganado. El tercero, los servicios de distribución y comercialización de los productos agrícolas, como los mercados online.
“Desde 2019, cuando comenzamos a realizar el mapeo, la diferencia entre el número de agtechs en los dos segmentos principales, durante y después del campo, ha disminuido, pero las posibles causas aún deben investigarse en profundidad”, comenta Dias. De 2019 a 2022, la cuota de startups dentro del proceso productivo pasó de un 35 % a un 41,4 %, mientras que el porcentaje de agtechs posproducción descendió de un 47 % a un 44 %.
La firma Terra App Solutions, de Belém, estado de Pará, se encuadra en dos segmentos: antes y durante la producción en el campo. Creada en 2014 por investigadores del Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia (Imazon), desarrolla programas de gestión de la producción, análisis de riesgo socioambiental y climático de crédito rural y monitoreo de áreas de conservación en propiedades rurales.
En su fase final de validación, su software más reciente, desarrollado a pedido de usuarios potenciales, podrá recabar datos de 2.000 productores que trabajan con 20 cultivos diferentes, tales como copoazú, cacao, asaí y mandioca, potenciales compradores nacionales e internacionales y dos instituciones financieras. “Los productores pueden solicitar financiación en función de su cultivo y los gerentes de los bancos tendrán la seguridad de conceder créditos siguiendo los requisitos de los organismos reguladores”, explica el administrador de empresas Andrew Breno, gerente comercial de la compañía.
Terra App SolutionsEquipo de Terras App Solutions durante un trabajo de campo en Santa Bárbara do Pará, en el Área Metropolitana de Belém, estado de ParáTerra App Solutions
Según él, la empresa supervisa el uso del programa, interesada en los eventuales ajustes. “Los equipos de las agtechs necesitan trabajar con los usuarios, para generar confianza y buenos productos”, dice Breno. Para Dias, de Embrapa, la colaboración puede evitar un error habitual: “Las empresas suelen crear soluciones desconectadas de las necesidades del productor y luego deben cambiar de rumbo”.
Uno de los problemas por afrontarse es el acceso a internet en las fincas rurales, que ha pasado de un 5 % en 2020 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº287) a un 23 % en 2022.
Después de las empresas de la alimentación y tecnológicas, el segundo grupo de agtechs, la tercera categoría en tamaño está compuesta por los espacios online de venta de productos y servicios agrícolas, incluyendo alimentos. Son los llamados marketplaces. “La pandemia obligó a muchos sectores a utilizar más servicios en línea que conectan a proveedores de insumos agrícolas, productores rurales, tiendas de comestibles, restaurantes y consumidores”, dice Dias.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
La plataforma Muda Meu Mundo, de Fortaleza, fue creada en 2019 y actualmente agrupa a 650 pequeños productores rurales que comercian con 60 minoristas y otras empresas de alimentos en 170 ciudades de las regiones nordeste, sudeste y sur de Brasil. “Eliminamos a los intermediarios de la cadena de producción, como los centros de distribución, para que el agricultor familiar pueda obtener un precio más justo por sus productos”, dice la pedagoga Priscilla Veras, directora de la empresa. “En 2021 la demanda se incrementó y triplicamos nuestra facturación”.
Con base en su experiencia anterior con productores rurales, cuando trabajaba en una organización no gubernamental, Veras elabora indicadores sobre las utilidades, la productividad y las ventas de los agricultores, así como sobre las áreas de reforestación y la participación laboral femenina. Ella es una más del 28,7 % de mujeres que socias de agrotechs en el país, un entorno en el que predominan los varones (el 71,3 %), según el estudio de Embrapa, que en 2022 incluyó por primera vez el recorte de género. A pesar de su menor participación, ya existen fondos de inversión o de capital de riesgo centrados en startups femeninas, como los de Microsoft, We Ventures, EB Capital, Mubius y Sororitê, citados en el mapeo.
El Radar reconoce: “Las productoras rurales se enfrentan a más obstáculos que los varones para acceder a recursos y servicios productivos, tecnología, información de mercado y activos financieros. Las mujeres están infrarrepresentadas en las instituciones locales y en los mecanismos de gobernanza”.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
Estrategias de crecimiento “En 2020, cuando en el marco de mi investigación doctoral entrevisté a administradores de agtechs brasileñas, noté que la mayoría entre quienes las dirigen son varones”, dice el agrónomo Paulo Ramos, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), campus de Lagoa do Sino, quien no participó en la elaboración del mapeo realizado por Embrapa.
Al inicio de su doctorado, en 2019, no había encontrado ninguna investigación sobre las agtechs brasileñas. Fue cuando salió la primera versión del Radar, que el investigador utilizó para identificar similitudes entre las 28 empresas que habían alcanzado el llamado nivel de escalabilidad, que define la posibilidad de crecer, con al menos 10 empleados y un crecimiento anual de la facturación de un 20 % durante al menos tres años consecutivos.
Tal como se describe en un artículo publicado en enero de 2022 en la Revista de Gestão, Ramos identificó cinco ítems decisivos para el crecimiento de estas empresas. El primero es la estructura de gobernanza bien definida, con consejos consultivos y deliberativos que evalúan periódicamente el plan estratégico.
El segundo es la formación de equipos especializados. El tercero, la definición precisa del rol de cada departamento y de cada empleado, algo que, según el investigador, no ocurre en muchas startups, donde una misma persona desempeña varias actividades. El cuarto, la atención a los recursos humanos, en perfeccionamiento permanente a través de cursos y motivados mediante la participación en las ganancias de la empresa. Por último, un modelo de negocio validado con los clientes, con conocimiento del público objetivo y de sus necesidades. “La falta de un plan de negocio consistente previo a su estructuración es el error más común de las startups agrícolas”, sostiene Ramos.
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