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NECROLÓGICAS

Pionero en el uso de la luz sincrotrón

El físico argentino Aldo Craievich tuvo un papel relevante en la creación de la comunidad de usuarios de esta fuente luminosa en Brasil y fue un precursor de las investigaciones sobre el vidrio

Daniel UgarteCraievich en el pub The Eagle, en Cambridge, Inglaterra, donde los científicos James Watson y Francis Crick maduraron sus ideas sobre la estructura del ADN y las presentaron por primera vezDaniel Ugarte

La importancia de un laboratorio de investigación también puede medirse por la amplitud de su comunidad de usuarios. El Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) de Campinas, en el interior del estado de São Paulo, en Brasil, responsable del funcionamiento del mayor y más complejo proyecto científico del país llamado Sirius, reúne a una comunidad de más de 6.000 usuarios estables. Sirius es el sucesor de la primera fuente de luz sincrotrón del hemisferio sur, UVX, que funcionó entre 1997 y 2019 y recibía alrededor de 1.700 investigadores por año.

Los comienzos de la formación de esta comunidad de investigadores de la luz sincrotrón, que reúne a científicos de toda Latinoamérica, están directamente relacionados con el trabajo y la capacidad de articulación internacional del físico argentino Aldo Félix Craievich, fallecido el 24 de abril en São Paulo, a los 84 años.

“A mediados de la década de 1980, cuando se dio inicio al proyecto del LNLS, la gente que conocía la luz sincrotrón en Brasil podía contarse con los dedos de una mano. Craievich era uno de ellos”, atestigua la física Liu Lin, jefa de la División de Aceleradores del LNLS, unidad perteneciente al Centro Nacional de Investigación en Energía y Materiales (CNPEM), en Campinas. “Fue él quien difundió el uso de la luz sincrotrón en el país y uno de los protagonistas de la creación del laboratorio”.

Había nacido en la provincia argentina de Santa Fe, estudió física en el Instituto Balseiro de Bariloche, Argentina, donde se recibió y se doctoró, realizando su investigación doctoral en Francia, en el Laboratorio de Física de Sólidos de la Universidad de París Sur (Universidad París-Saclay), bajo la supervisión de André Guinier (1911-2000), uno de referentes en cristalografía y técnicas de caracterización por rayos X. La cristalografía, disciplina a la que Craievich dedicó su carrera, es el estudio de la estructura de los materiales a nivel atómico.

En 1973, se trasladó a Brasil, donde asumió un cargo como docente e investigador en el antiguo Instituto de Física y Química de São Carlos (IFQSC, dividido en 1994 en dos institutos separados) de la Universidad de São Paulo (USP). Había llegado aquí invitado por la física y química Yvonne Mascarenhas, una de las pioneras de la cristalografía en Brasil.

“Conocí a Craievich en una reunión de la Sociedad Iberoamericana de Cristalografía que se llevó a cabo en Chile, a finales de 1971. Quedé encantada con la calidad de su trabajo. Una vez finalizado el congreso, me ofreció llevarme de regreso a Santiago, la capital, en su coche. Fue un viaje estupendo que duró unas seis horas, durante las cuales tuve la oportunidad de profundizar la excelente impresión que ya me había causado durante el evento”, recuerda Mascarenhas.

En 1980, Craievich se mudó a Río de Janeiro, donde trabajó como investigador en el Centro Brasileño de Investigaciones Físicas (CBPF). Al año siguiente, regresó a Francia para realizar una pasantía posdoctoral en luz sincrotrón en el Laboratorio para la Utilización de Radiaciones Electromagnéticas (Lure), cuyas instalaciones se encuentran en el municipio de Orsay.

La luz sincrotrón es una radiación emitida por electrones acelerados casi a la velocidad de la luz. Se utiliza para estudiar la estructura molecular y atómica de una gran variedad de materiales (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 269). “Se trata de una técnica que cobró impulso en la década de 1970. Por entonces, Craievich se encontraba en uno de los principales centros de investigación que utilizaban esta técnica, en Francia, y fue uno de los primeros científicos en actividad en Brasil que tuvo un contacto práctico, no solamente teórico, con la luz sincrotrón”, dice el físico Glaucius Oliva, docente del IFSC-USP y coordinador del Centro de Investigaciones e Innovación en Biodiversidad y Fármacos, uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid) de la FAPESP.

De regreso a Brasil, a principios de los años 1980, el investigador argentino fue uno de los ideadores del LNLS. En colaboración con el físico Roberto Lobo, por entonces director del CBPF, redactó la “Propuesta preliminar de un estudio de factibilidad para la instalación de un Laboratorio Nacional de Radiación Sincrotrón”, documento que resultó aprobado por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) en 1983.

Craievich se convirtió en el primer director científico del LNLS, entre 1987 y 1997. Coordinó la puesta en marcha del laboratorio en colaboración con el ingeniero y físico Ricardo Rodrigues (1951-2020), primer director técnico, y el físico Cylon Gonçalves da Silva, primer director general del LNLS.

Fue quien asumió la responsabilidad de fomentar en la comunidad científica brasileña y latinoamericana el uso de la luz sincrotrón para investigar la estructura molecular y atómica de los materiales y estimular la formación de profesionales capaces de convertirse en futuros usuarios del laboratorio. Para ello, en 1984 diseñó un plan concursal de becas de iniciación a la investigación científica, maestría, doctorado, posdoctorado e investigación del CNPq, en temas relacionados con la construcción de fuente y líneas de luz y sus aplicaciones.

“Era un apasionado de la investigación científica con la luz sincrotrón y estimuló a muchos profesionales para que conocieran y e hicieran uso de la técnica. Como no había expertos en Brasil, organizó talleres con disertantes extranjeros, promovió cursos y animó a estudiantes a formarse en el exterior”, recuerda el físico Helio Tolentino, compañero de Liu Lin en el primer grupo del proyecto de becarios del CNPq en el marco del proyecto sincrotrón y actual jefe de la División de Materia Heterogénea y Jerárquica del LNLS.

Crauevich concibió y promovió las primeras Reuniones Anuales de Usuarios (RAU) del LNLS, con el propósito de perfeccionar las técnicas de luz sincrotrón y debatir sobre los resultados y los problemas del laboratorio. Estas reuniones siguen realizándose hasta ahora. “La comunidad de usuarios es lo más valioso del LNLS y lo que le da vida al laboratorio”, reflexiona Lin.

El físico dirigió la planificación y la puesta en marcha de las primeras líneas de luz del LNLS, es decir, las estaciones de investigación con un enfoque específico en sus objetos de estudio. En 1997 se trasladó al Instituto de Física (IF) de la USP, en São Paulo, en donde fue docente y ocupó la jefatura del Departamento de Física Aplicada entre 2002 y 2006.

Pionero de la investigación en vidrios
También se dedicó a las investigaciones en física de la materia condensada y nanomateriales, con énfasis en el estudio de las estructuras y las transformaciones estructurales de sólidos y métodos cristalográficos. Publicó más de 230 artículos en revistas científicas, realizando contribuciones en el estudio de diversos materiales. Fue uno de los pioneros de la investigación del vidrio en Brasil.

Edgar Dutra Zanotto, fundador y actual coordinador del Laboratorio de Materiales Vítreos (LaMaV), del Departamento de Ingeniería de Materiales (DEMa) de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), atribuye al argentino una influencia decisiva en su carrera.

En 1972, Dutra Zanotto ingresó a la UFSCar como alumno de la tercera cohorte de la carrera de ingeniería de materiales. “En Brasil, prácticamente no había docentes especializados. Teníamos clases con profesores de física y química”, recuerda el ingeniero. Uno de los primeros docentes de la materia de ciencia de materiales fue Craievich. “Venía de la USP de São Carlos, que se los ‘prestaba’ a la UFSCar para enseñar es asignatura”.

Miembro fundador de la Sociedad Brasileña de Investigación de Materiales (SBPMat), Craievich también formó parte de la Asociación Brasileña de Cristalografía (ABCr) y de la Academia Brasileña de Ciencias (ABC). Amante del cine, era aficionado a la música erudita y le gustaba seguir los torneos de tenis y de fútbol. Era viudo y deja un hijo.

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