Imprimir Republish

ARQUEOLOGÍA

En un sitio prehistórico de Brasil estaría el primer registro de una araucaria en arte rupestre

Hallan una pintura con 13 árboles de esta especie en un refugio situado debajo de las rocas en el interior del estado de Paraná

Se descubrieron trece araucarias y figuras antropomórficas en un albergue rocoso

Rodrigo Junghans

A mitad de una ladera cercana al río Piraí-Mirim, a unos 180 kilómetros al noroeste de Curitiba, la capital del estado de Paraná, Brasil, un paredón de arenisca inclinado hacia adelante formó un conjunto de refugios bajo la roca. Este tipo de cavidad natural configura en su base un área semicerrada, relativamente protegida de la intemperie, donde suelen encontrarse vestigios de ocupación humana de un pasado remoto.

En una de esas guaridas descubiertas en 2021 en la zona rural de Piraí do Sul, un municipio paranaense que el curso de agua antes mencionado atraviesa, una sección de la pared rocosa de menos de medio metro cuadrado plasma una escena que se asemeja a un pequeño bosque de araucarias.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Caderno de Geografia a principios de febrero, esta pintura sería la primera representación conocida del arte rupestre hecho en Brasil de árboles pertenecientes a la especie Araucaria angustifolia, la popular araucaria, en ocasiones también denominada pino Paraná o pino brasileño.

Descrita en la literatura específica en 1820, A. angustifolia prospera en tierras altas de clima templado, sobre todo en los tres estados del sur de Brasil. La ubicación del nuevo sitio arqueológico en Paraná se encuentra a algo más de 1.100 metros (m) de altura sobre el nivel del mar y alberga ejemplares de esta especie. La araucaria también puede hallarse en las áreas montañosas de la frontera entre los estados de São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, y, en menor proporción, en algunas zonas de Argentina y Paraguay. Los árboles de esta especie, en peligro de extinción, puede vivir hasta 200 años y llegan a medir 50 m de altura.

Infográfico: Alexandre Affonso | Foto: Rodrigo Junghans

Los trazos de la pintura rupestre, desteñidos o parcialmente borrados por la acción de la humedad, retratan 13 araucarias, con su tronco recto característico y su copa en forma de paraguas o cono y 20 figuras antropomórficas, que se asemejan a seres humanos. Unas personas, o tal vez primates arborícolas, parecen estar trepando a algunos de los árboles. La trepada puede justificarse fácilmente: las semillas (piñones) se encuentran en las piñas situadas en la copa de las araucarias y forman parte de la dieta de pueblos indígenas, como así también de ciertos animales.

“La pintura es una escena continua y muestra araucarias de distintos tamaños, que parecen representar ejemplares adultos y jóvenes”, dice el geógrafo Henrique Simão Pontes, del Grupo Universitario de Investigaciones Espeleológicas de la Universidad Estadual de Ponta Grossa (Gupe-UEPG), autor principal del trabajo. “Nuestra hipótesis indica que la pintura habría sido obra de antiguos miembros de pueblos indígenas del tronco lingüístico Ye”.

Además del dibujo del pequeño bosque de araucarias, se descubrieron otros 24 paneles con pinturas elaboradas con pigmentos rojizos y negros a lo largo de los 16,4 m de superficie continua del paredón que forma Abrigo das Araucarias, como se denominó al enclave arqueológico. “La mayoría de los grafismos presentan diseños geométricos”, comenta el geógrafo y guía turístico Alessandro Giulliano Chagas Silva, del Gupe, uno de los descubridores del sitio arqueológico. “No hallamos ningún otro dibujo de araucarias”. Las pinturas rupestres, cuyo estado de conservación es disímil, contienen huellas dactilares, puntos, grafismos geométricos y dibujos que se asemejan a plantas.

No se ha estimado cuándo se produjeron los dibujos. Aún no se han practicado excavaciones en el yacimiento arqueológico, algo que está previsto en otro proyecto de investigación. Hoy en día no hay pueblos indígenas viviendo en los alrededores del refugio. Pero antes de la llegada de los europeos, a principios del siglo XVI, esta zona del estado formaba parte de una amplia franja de tierras del sur de Brasil que estaba habitada por pueblos de la familia lingüística Ye, de los cuales descienden las actuales etnias káingang y xokleng.

El arqueólogo Rafael Corteletti, de la Universidad Federal de Pelotas (UFPel), de Rio Grande do Sul, también considera probable que los ye hayan sido los autores de la pintura que representa a los pinos, uno de los símbolos asociados al estado de Paraná. “No conozco ningún otro tipo de arte rupestre o grafismo arqueológico relacionado con las araucarias. Es por ello que este sitio es de carácter especial”, comenta Corteletti, quien no participó en el estudio. “Diría que es posible que las pinturas hayan sido hechas por aborígenes de la etnia káingang. Como el lugar no ha sido excavado por el equipo que produjo el registro, no disponemos de otros elementos asociados, como así tampoco una cronología determinada que avale la hipótesis de autoría atribuida a los ye. Para estar seguros, habría que comprobar si hay otros elementos materiales de esta cultura”.

Abrigo das Araucarias fue uno de los 29 yacimientos arqueológicos descubiertos desde julio de 2021 en el marco del proyecto EspeleoPiraí, coordinado por miembros del Gupe. La iniciativa ha consistido en la búsqueda de cavernas y refugios que pudieran ser de interés espeleológico o arqueológico en una superficie de 9.000 hectáreas, comprendida dentro de los llamados Campos Gerais do Paraná. Según Pontes, en la región se han identificado más de un centenar de cuevas, 36 de las cuales contienen pinturas rupestres, generalmente compuestas por dibujos geométricos y representaciones de figuras humanas, de animales y, a veces, de plantas, como el maíz. Ahora se han sumado a estos registros los trazos de las araucarias dibujados en la roca.

Artículo científico
PONTES. H. S. et al. First rupestrian representations of Araucaria angustifolia in Southern Brazil. Caderno de Geografia. v. 33, n. 72. ene-mar. 2023.

Republicar