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TRAYECTORIAS

Innovación saludable

Un investigador de Minas Gerais es premiado por sus estudios sobre el diagnóstico y la prevención de enfermedades infecciosas

Mendes en el laboratorio de la UFV, en Viçosa

Archivo Personal

El profesor Tiago Antônio de Oliveira Mendes, docente del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Federal de Viçosa (UFV), trabaja desde 2010 en el desarrollo de sistemas de diagnóstico y antígenos vacunales para  combatir enfermedades tales como el dengue, la leishmaniasis, la leptospirosis y la enfermedad de Chagas, además del covid-19. Por su dedicación a temas que van desde el desarrollo de bioplásticos de celulosa con actividad antimicrobiana hasta la edición de genomas en bacterias, en la última edición del premio de la Fundación Bunge, fue galardonado en la categoría Juventud, destinada a investigadores de hasta 35 años, que se hayan destacado por su mérito científico.

“Este reconocimiento contempla el conjunto de las investigaciones que he realizado en el campo de las ciencias biológicas y de la salud”, explica el científico nacido en Belo Horizonte (Minas Gerais). Al mando del Laboratorio de Biotecnología Molecular de la Universidad Federal de Viçosa (UFV) desde hace cinco años, Mendes acumula en su currículum 34 depósitos de patentes para la utilización de nuevas tecnologías desarrolladas en conjunto con su equipo integrado por 25 investigadores. Cinco productos generados a partir de estas nuevas tecnologías ya están siendo fabricados por empresas asociadas. Otros ocho proyectos, iniciados en 2021, se encuentran en fase de prueba para la solicitud de nuevas patentes.

Una de estas patentes está relacionada con la creación de un sistema de filtrado que impide la llegada de bacterias y residuos de antibióticos a la red cloacal. Con el potencial de reducir la contaminación presente en los residuos hospitalarios, el dispositivo cuenta con una membrana de bajo costo elaborada a partir de polímeros celulósicos obtenidos de los residuos provenientes de las empresas agrícolas. En el interior del mecanismo, que funciona como una especie de tubería por la que pasan los residuos, una luz ultravioleta destruye el material genético en aproximadamente 30 minutos. La técnica, comprobada también para bacterias tales como Escherichia coli y Salmonella thypi, se ha mostrado eficiente para la eliminación de virus como el Sars-CoV-2. “Aunque ocurra en menor medida, no podemos ignorar que la contaminación también se produce a través de las vías hídricas”, recuerda Mendes. “Hay estudios que han demostrado que el virus causante del covid-19 está presente en las heces de los pacientes, que acaban diseminando el virus a través de las cloacas de los hospitales”, añade.

UFV / DivulgaciónDesarrollo de un prototipo de test rápido para la detección del covid-19UFV / Divulgación

Otro estudio que él coordina tiene por objeto revertir la resistencia bacteriana. “Investigaciones recientes han revelado que el 20 % de las bacterias existentes ya no responden a ningún tipo de medicamento”, informa Mendes, quien está empeñado en lograr que estos microorganismos vuelvan a ser susceptibles al efecto de los antibióticos. El experimento, realizado con la clase de las denominadas enterobacterias, entre ellas Salmonella y E. coli, se desarrolla a nivel molecular mediante la inyección de un material capaz de silenciar el gen de resistencia de los bacilos. “Por ahora estamos probando en ratones distintas formas de enviar ese material genético hasta las bacterias presentes en sus organismos”.

El equipo científico de Mendes es el responsable de la elaboración de dos sistemas de test serológicos de bajo costo para la detección del covid-19. Uno de ellos está en proceso de transferencia de tecnología y será producido, bajo un régimen de cotitularidad, por una empresa de biotecnología de Varginha, en Minas Gerais.

El investigador, que tiene título de grado en farmacia otorgado por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en 2009, desarrolló estudios de maestría en parasitología y doctorado en bioinformátioca en la misma institución. “Durante el doctorado, concluido en 2015, trabajé con el análisis de datos en bioinformática, un campo de estudio que utiliza herramientas computacionales para la comprensión de problemas biológicos y de la salud”. Para perfeccionar sus conocimientos en programación, el año pasado decidió empezar una nueva carrera: ahora es alumno de grado de la carrera de sistemas informáticos en la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais (PUC-MG).

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